El CAD, en red

El sector de la cocina está sumido en un proceso de adaptación a un nuevo tipo de cliente: un consumidor que tiene las ideas muy claras y que quiere controlar hasta el último detalle aquello que compra. El CAD es un gran aliado para este cliente, pero también es imprescindible para los profesionales que están a su servicio.

20/07/2015

Diseñar una cocina está, hoy en día, al alcance de todos. Por supuesto, debemos diferenciar entre un diseño realizado por un profesional, y otro por un consumidor, muy bien informado, pero sin una formación específica en decoración. De hecho, aquí radica una de las dificultades con las que se encuentran ...

Diseñar una cocina está, hoy en día, al alcance de todos. Por supuesto, debemos diferenciar entre un diseño realizado por un profesional, y otro por un consumidor, muy bien informado, pero sin una formación específica en decoración. De hecho, aquí radica una de las dificultades con las que se encuentran los distribuidores y diseñadores a diario: pulir y dar sentido a las ideas del cliente de tal modo que satisfagan sus necesidades y sus gustos con el resultado más equilibrado posible.
 
Y es que, en gran parte gracias a los programas informáticos de diseño de cocinas, el consumidor puede acudir a la tienda con prácticamente una fotografía de cómo quiere que sea su nueva cocina. Los programas de CAD, día a día más accesibles, más intuitivos y con una mayor calidad, ofrecen una imagen casi perfecta del aspecto que un determinado diseño puede ofrecer en un determinado espacio.
 
Además, los principales desarrolladores de software han comenzado a incluir pestañas para compartir los diseños directamente en Facebook, Twitter, Pinterest, o Instagram. La interconexión entre personas que no se conocen pero comparten gustos y necesidades, que se inspiran unas a otras, que buscan aprobación en la sociedad y que crear así nuevos estándares ya no es el futuro, es el presente.
 
Sin embargo, todavía existen diferencias entre el software desarrollado para ser usado por el cliente final, y aquel creado con fines profesionales, al cual se le exige una calidad extrema, una gran variedad de modelos disponibles y una conexión total con la fábrica. Y, además, una arma secreta: la capacidad de sorprender a un cliente muy habituado al diseño en 3D. Un ejemplo de este factor sorpresa es el uso del video en 3D.
 
En lo que se refiere a la calidad de imagen, los principales programas, como TeoWin, AutoKitchen o KitchenDraw, ofrecen hoy en día una calidad extrema gracias a técnicas como el raytracing, la radiosidad o la posibilidad de variar incluso el color de la luz que emiten los objetos, o corregir la densidad de los modelos en 3D.
 
Uno de los principales inconvenientes a los que se enfrentaron las primeras versiones de software de diseño de cocinas 3D fue la limitación de los catálogos de muebles y otros elementos de la cocina con la que contaban, lo que suponía, en muchos casos, no poder ofrecer un modelo que combinase las mejores opciones para el cliente. Este inconveniente parece subsanado, ya que los programas actuales ofrecen cada vez unos catálogos más completos, y la posibilidad de variar no solo colores, sino materiales, medidas y formas de los distintos elementos de la cocina.

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