Podrían haberse quedado con la vertiente más práctica de su invención. Podrían haber dejado de innovar en el diseño de un elemento tan útil que parecía no dejar espacio al glamour. Y, sin embargo, los fabricantes de radiadores-toalleros se esfuerzan cada año en ofrecer al mercado productos con una estética muy mimada y una personalidad propia. Modelos de líneas depuradas, formas contundentes, colores llamativos, se mezclan con otros más discretos y casi invisibles, aunque no por ello menos atractivos. Todo al servicio del diseñador y de las necesidades y los gustos del cliente final, que es el que sabe cómo y cuánto va a utilizar este elemento.
 
Un toallero para cada baño
Por supuesto, no es lo mismo instalar un radiador-toallero en un baño familiar, en el que, además de calentar la estancia para hacer más agradable el baño de los más pequeños, también habrá que secar más de dos toallas a la vez, que hacerlo en un lujoso baño de un piso en el que reside una sola persona que aprecia la comodidad y la estética en una misma medida. En el mercado existen, por consiguiente, diseños con muchas barras en las que colgar las toallas de toda la familia, y otros con una o dos, muy atractivos estéticamente, pensados para baños con menos tráfico. El número no es lo único en lo que difieren los colgadores; también cambia su posición. En línea o en zigzag, formando distintos dibujos y figuras geométricas, en forma incluso de perchas en las que colgar los albornoces... las posibilidades son prácticamente infinitas, y los fabricantes sorprenden cada año con nuevas opciones. En cuanto a los acabados, en los catálogos del 2016 compiten el clásico blanco con el acero inoxidable y los tonos bronce, negro, gris e incluso madera. Cualquier tono es posible a la hora de combinar el radiador con el resto del baño, ya sea en clave de contraste o al revés, para “camuflar” este elemento y que pase desapercibido.
 
Ahorrar gas y electricidad
Además de la vertiente estética de la innovación, las empresas del sector se han volcado en minimizar los desafíos técnicos que suponen los radiadores-toalleros. Así, tanto los radiadores de calefacción de agua, como los eléctricos y los mixtos, han sabido evolucionar para saltar el último escollo que se interponía entre ellos y el consumidor: el gasto de gas y electricidad. Hoy por hoy, aquellos modelos que necesitan electricidad para su funcionamiento cuentan con una tecnología muy avanzada que permite reducir el gasto eléctrico, a través de  mandos inalámbricos que muestran en tiempo real el consumo de energía, permiten crear programas diarios o semanales y gestionan la temperatura para maximizar el rendimiento y minimizar los costes económicos y medioambientales.

Mientras, los modelos de agua, que forman parte del circuito de la calefacción del hogar, tienen la ventaja de mantener el baño y las toallas calientes sin necesidad de añadir ningún gasto a aquel de la calefacción general, y son una buena opción para aquel cliente que emprende una reforma profunda del baño. Con todo, el toallero-radiador ha logrado ganarse a pulso un lugar preferente en el corazón de diseñadores, interioristas y consumidores finales, que ven en él un elemento indispensable para cualquier baño actual. Así lo demuestran las cifras de ventas, que no han dejado de crecer en los últimos ejercicios. En concreto, el aumento ha sido de un 18% en dos años, llegando a los 13 millones de euros de facturación en 2015. Una subida que se debe, por una parte, a la reactivación de las reformas en nuestro país, y, por otra, a la búsqueda de nuevos nichos de mercado por parte de los fabricantes. Asimismo, las firmas del sector han encontrado un gran aliado en el sector de la hostelería. Los hoteles, que reforman sus baños frecuentemente, se están acostumbrando a dotar a sus habitaciones de un elemento práctico, bonito y que aporta un plus de comodidad y confort a sus clientes sin aumentar los gastos. Con todo, la industria parece haber hallado una receta para seguir creciendo y conquistando los corazones de todos, sean cuales sean las circunstancias que rodean a la construcción o al sector inmobiliario.