La importancia de planificar la iluminación de la cocina

En ocasiones, cuando se diseña una cocina, es la gran olvidada o se le presta poca atención. Si bien, la iluminación es un elemento indispensable en esta estancia y puede transformarla totalmente.

22/11/2016

Una buena iluminación de la cocina es imprescindible para desempeñar bien las labores culinarias cotidianas. Las luces LED, chips semiconductores que producen luz, se están imponiendo en las cocinas. Ya quedan atrás esos tubos fluorescentes o aquellas luces incandescentes que apenas iluminaban. Desde esas épocas, las cocinas han ido ganando ...

Una buena iluminación de la cocina es imprescindible para desempeñar bien las labores culinarias cotidianas. Las luces LED, chips semiconductores que producen luz, se están imponiendo en las cocinas. Ya quedan atrás esos tubos fluorescentes o aquellas luces incandescentes que apenas iluminaban. Desde esas épocas, las cocinas han ido ganando funciones, y no hay fiesta que se precie sin que un grupo de los invitados acaben en la cocina. La iluminación desde el techo es la más habitual. Se han extendido los downlights, muchos llevaban bajo consumo y ahora son de LED, que son empotrados cuando se dispone de falso techo. Suelen ser cuadrados, rectangulares o circulares. Los circulares son más fáciles de instalar. Mucha gente opta por la luz blanca, que es más fría. Los lacados, blancos, el cristal y el acero son materiales y acabados que ayudan a que la cocina gane luminosidad. Las luces LED son sinónimo de eficiencia energética. Pocos vatios conllevan alto rendimiento lumínico en lumens. No hay que olvidar que las luces de esta estancia son de las que más se encienden y se apagan del hogar. Hay cocinas muy oscuras que necesitan ser iluminadas artificialmente todo el día, hay otras que les llega bien la luz natural durante bastantes horas. Desde luego, la luz natural que le llega y la del resto de la casa han de ser tenidas en cuenta. Los diferentes miembros del hogar entran y salen sin tener establecidos unos horarios claros. Sin duda, la inversión realizada pronto se ve amortizada con ahorros en la factura de la luz. El entregar a los clientes un estudio de amortización facilita la venta.

Otro punto a favor de las luces LED es la durabilidad. Pueden durar años y años. Por ejemplo, las nuevas lámparas de techo Cu-Beam, uplight y downlight, de Dyson, están diseñadas para durar más de 35 años, y para producir una luz de calidad. La iluminación de la mesa de la cocina debe ser cálida y acogedora, por lo que en este caso las lámparas suspendidas son ideales. Si se tiene una isla, lo mejor es iluminarla bien, puesto que es una pieza polivalente.

Versatilidad
Tampoco hay que olvidarse de la versatilidad que entregan en lo que a intensidad, tono o color se refiere. Cambian el concepto de la cocina. Se pueden regular, se puede iluminar una zona específica o simular prácticamente la luz natural en toda la estancia. Dar toques de color. Además, el que no emanen calor las convierte en ideales para ponerlas en estanterías, en los interiores de los armarios, para luces guía nocturnas, y un largo etcétera que se le ocurra al lector. Hay opciones para todos los gustos. Un buen diseño y una buena aplicación puede inundar de elegancia a la cocina. La tendencia actual es la de integrarla con elementos mínimos y diseños puros. El toque industrial, asimismo, está de moda. Las estanterías o los muebles altos, destinados a menaje, se pueden entender como una fuente de luz. Para ello, están las baldas con iluminación en su interior o los apliques que se instalan en el interior de los muebles. Si las puertas de éstos son de cristal traslúcido se puede jugar con el efecto óptico, y si se va por la noche a la cocina aprovecharse de esa luz más tenue para no desvelarse por completo.

En ciertas zonas, los elementos de iluminación, pasan desapercibidos. En otras, como la que está encima de la mesa de comedor, se pueden volver protagonistas. Pueden convertir cualquier ambiente en un espacio especial. En la superficie de trabajo, es muy común iluminar la encimera, especialmente las placas de cocción y el fregadero. Se suelen poner las luces en la parte interior de los armarios altos de cocina. Así, se obtiene una superficie iluminada sin sombras. Algunos fabricantes ponen a disposición de sus clientes mandos a distancias con las que encenderlas y apagarlas. Por otro lado, el Internet de las Cosas facilita el poder controlar la iluminación desde fuera del hogar, desde el smartphone. Aparte de eso, las tecnologías inteligentes multiplican exponencialmente sus capacidades y abren posibilidades que antiguamente eran impensables. Hasta incorporan altavoces para añadir música a la cocina. Ya tampoco se ven las radios encima del frigorífico, como solían tener nuestros padres. Del mismo modo, las bombillas incorporan repetidores wifi para que ningún miembro de la casa pierda la conectividad o cámaras inalámbricas que proporcionan una sensación de tranquilidad gracias a su función de seguridad. Y con los sensores de movimiento, se controla la iluminación a través del movimiento de las manos y también por las pisadas. Estos sensores se pueden introducir en los cajones para que éstos, cuando se abran, se iluminen y poder ver todo lo que hay en su interior con facilidad. El objetivo de la iluminación debe ser hacer la vida más confortable y cómoda al usuario.

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