Después de unos años intensos en los que los fabricantes han tenido que enfrentarse a duros vaivenes económicos, todo parece indicar que la estabilidad vuelve a reinar en la industria del mueble. La crisis inmobiliaria ha azotado duramente las finanzas de nuestro país, y en consecuencia, el mueble, industria estrechamente ...
Después de unos años intensos en los que los fabricantes han tenido que enfrentarse a duros vaivenes económicos, todo parece indicar que la estabilidad vuelve a reinar en la industria del mueble. La crisis inmobiliaria ha azotado duramente las finanzas de nuestro país, y en consecuencia, el mueble, industria estrechamente ligada a la vivienda, ha tenido que enfrentarse a siete años consecutivos de drásticas caídas en sus ventas.
Durante este periodo, marcado por la inestabilidad y la incertidumbre, hemos vivido con sorpresa casos como el de la Corporación Mondragón (Fagor Electrodomésticos). La que fuera una de las empresas más consolidadas de este sector también se ha visto arrastrada por este naufragio y acabó declarándose insolvente aunque logró resucitar gracias al grupo catalán CNA, responsable de marcas como Cata. Sin embargo, Fagor es un caso insólito porque ha sido de las pocas compañías que ha logrado salir a flote y superar un concurso de acreedores en plena crisis, la gran mayoría se han quedado definitivamente en el camino.
Pero, sin duda, lo que sí se viene notando desde hace un par de años es que la industria del mueble empieza a retomar el aliento. Datos del Observatorio Cetelem sustentan esta buena marcha del sector señalando que los electrodomésticos se encuentran entre los productos que más han consumido los españoles durante los doce meses de 2016. Este informe de 2016 sobre el consumo en España también ratifica la mejoría general de la situación económica en España: suben los valores del PIB, el consumo de los hogares es similar al periodo precrisis y crece el número de consumidores de productos y servicios relacionados con el hogar como los electrodomésticos y el mobiliario. Esta coyuntura económica ha dejado un nuevo escenario en el que los actores se han tenido que aprender muy bien el papel para no volver a cometer los errores del pasado. Ahora sólo queda por ver cómo se enfrentarán a las nuevas reglas que dicta el mercado.
La reforma, una oportunidad
Ninguno de los subsectores del baño y la cocina han podido esquivar el estallido de la burbuja inmobiliaria. El mercado español del mueble de cocina y baño siempre se ha caracterizado por su estructura fuertemente atomizada, constituido fundamentalmente por pequeñas y medianas empresas con unos recursos productivos y una capacidad exportadora mucho menor que la alemana, por ejemplo, formada por gigantes del mueble.
La caída de la compraventa de vivienda se acentúo especialmente entre 2008 y 2011, y desde entonces, parece que empieza a repuntar tímidamente. No nos engañemos, el batacazo de la obra nueva fue monumental: en esta última década se pasaron de construir casi 700.000 viviendas al año a unas 60.000, un descenso brusco que ha dejado un elevado stock de vivienda sin vender en España. En este nuevo escenario, la reforma ha empezado a remontar desde 2013 y ahora convive junto con un ligero repunte en ventas de la obra nueva. Según datos de Andimac, actualmente cerca del 70% de las viviendas de segunda mano adquiridas han pasado por una reforma, bien para hacerlas más habitables o bien para revenderlas. No obstante, estas cifras se alejan mucho de los niveles previos a la crisis económica; no hemos de olvidar que el gasto familiar en reforma descendió un 35% entre 2006 y 2015, a pesar de que las previsiones para 2017 y 2018 siguen siendo al alza, y la reforma se postula como una alternativa de valor para este sector.
Más datos interesantes son los que nos aporta en este número Fahd Barazin, director comer cial de la División de Grifería de Genebre, quien destaca la pau- latina pérdida de protagonismo de la grifería en la obra nueva. "Del 2002 al 2008, el mercado de la grifería se dividía en dos segmentos, la obra nueva, que representaba más del 65% y la reposición, con menos de un 35%. En los siete años posterio-res se produjo el fi n de la bur- buja inmobiliaria, afectando de pleno en los dos segmentos de distribución de la grifería. Esto provocó un cambio radical; la obra nueva pasó a representar menos del 15% y la reposición más del 85%", explica.
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