El futuro de la grifería es termostático y digital

El grifo termostático es muy eficiente, además del beneficio que supone controlar la temperatura del agua a la hora de ducharse o utilizar el aseo gracias a sus nuevos sistemas de control de agua, se puede ahorrar mucho dinero.

09/03/2015

Disfrutar de una ducha a la temperatura adecuada, ya sea en verano o invierno, no sólo es una sensación reconfortante sino que además nos permite llevar a cabo un ahorro en el consumo de agua y de energía a la hora de calentarla. Con los grifos tradicionales, el dar con ...

Disfrutar de una ducha a la temperatura adecuada, ya sea en verano o invierno, no sólo es una sensación reconfortante sino que además nos permite llevar a cabo un ahorro en el consumo de agua y de energía a la hora de calentarla. Con los grifos tradicionales, el dar con la temperatura adecuada es cuestión de ir combinando manualmente la abertura de los grifos caliente y frío hasta llegar al punto exacto. Dependiendo del grifo, este proceso puede llevar unos pocos segundos o convertirse en una lucha de minutos con su consecuente gasto. Una ducha de 5 minutos con un grifo normal tiene un gasto aproximado de 100 litros, 20 por minuto. Con un grifo termostático el gasto se puede reducir más de la mitad. Un grifo termostático puede obtener un ahorro de agua de hasta un 16% y un ahorro de energía entre un 7 y un 17%. En estas cifras se combinan técnicas de aireación, pero también tiempos muy cortos de estabilización de la temperatura del agua y de corte del suministro. El uso que hacemos de los recursos de los que disponemos para ofrecer soluciones eficientes y sostenibles, muestran el desarrollo y el progreso de una sociedad moderna.

No se trata de un tema exclusivamente de confort, sino que afecta a la cantidad de agua que consumimos, debido a que si sabemos que al abrir el grifo vamos a recibir un chorro con la temperatura adecuada, estaremos más predispuestos a cerrarlo unos segundos mientras nos enjabonamos. Por el contrario, evitaremos cerrar el grifo para mantener dicha temperatura si esto no sucede. También ocurre que cuando no hay suficiente presión, puede haber cambios bruscos en la temperatura del agua con la incomodidad que esto supone y nuevamente nos encontraremos malgastando su caudal hasta que la temperatura vuelva a ser idónea. El objetivo de los grifos termostáticos es precisamente evitar esta situación, de modo que sea el propio grifo quien se encargue de regular y mantener la temperatura cada vez que lo abrimos. Dicha temperatura la debemos indicar mediante un selector que muestra los grados centígrados, además, nos permite limitar a un máximo de 38ºC la temperatura, evitando así que se pueda dar el caso de quemarnos, cuestión especialmente relevante si tenemos niños en casa. Con independencia de que alguien abra otro de los grifos de la casa, la temperatura permanece estable. Según el modelo de grifo termostático, es posible que incorpore la opción de ajustar el caudal de agua, por lo que podremos ahorrar hasta un 50% de agua cada vez que nos duchamos.

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