El mercado aparente del fregadero en España cayó prácticamente un 50% entre el 2010 y el 2013; un 25% entre 2012 y 2013. Es natural que los fabricantes estén impacientes por ver sus esfuerzos y logros reflejados en cifras, impacientes por tener la prueba definitiva de que los riesgos que han asumido, y las inversiones que han efectuado, eran la opción correcta.

Tras estos años de crisis, en los que las ilusiones vanas han perjudicado lo mismo que el derrotismo pesimista, las compañías han aprendido a tomar las previsiones como lo que son, la posibilidad más probable entre las demás. Los estudios e informes sobre la evolución del mercado de la construcción, tan ligado al fregadero, no ayudan a disipar las dudas con sus predicciones imprecisas.

Así, el Barómetro Europeo de la Arquitectura del tercer trimestre de 2014, un estudio trimestral realizado entre 1.600 arquitectos en ocho países europeos por la agencia especializada en el análisis del mercado de la construcción Arch-Vision, asegura que el número de arquitectos que indicaron un aumento de los pedidos recibidos tanto en el primero como en el segundo y tercer trimestre del 2014.

Es un dato vago, pero muestra una cierta mejora en el sector de la obra nueva en suelo nacional, tan importante en el pasado para el subsector del fregadero. Además, según Arch-Vision, en 2016 podría acabar definitivamente la caída del sector.

Un dato aún más importante si tenemos en cuenta que el futuro del sector también es incierto en el resto de Europa. Precisamente ahora, tras aceptar la derrota de un 2013 en el que la cifra de exportación del fregadero volvió a bajar, pasando de 17 millones de euros a 15. Ahora, que los fabricantes intentan despegar de nuevo en el exterior.

Y es que según el Barómetro Europeo de la Arquitectura, los arquitectos de Francia e Italia han declarado sufrir una evolución de sus pedidos negativa a lo largo del 2014, mientras que el sector de la construcción en Alemania podría mostrar signos de desaceleración.El informe Euroconstruct, que realiza el Instituto de Tecnología de la Construcción de Cataluña (IteC), presentado el pasado noviembre, es ligeramente más optimista y habla de un cambio de tendencia en el sector de la construcción europeo.

En este documento se afirma que “a lo largo del período 2015-2017 se espera un crecimiento entre el +2,1% y el +2,2% anual”. Se trataría de un ligero cambio, dada la magnitud de la crisis que le precede, pero un signo de mejora que no podemos obviar.

No obstante, el informe también avisa de que “habrá que esperar hasta 2016 para presenciar un escenario con todos los países con tasas positivas de crecimiento, si bien el sector todavía no podrá certificar su total retorno a la normalidad”. En ese horizonte a medio plazo, la incertidumbre bascularía hacia Alemania, “donde el crecimiento podría llegar a interrumpirse”.