IMCB nº144

68 ensalza la creación de una zona de tocador en el dormitorio gracias a estos lavamanos independientes. Y añade otra ventaja muy importante relacionada con la luminosidad, porque, al situar los lavamanos en el dormitorio, éste normalmente cuenta con luz natural, algo que ayuda a la hora de peinarse, afeitarse o maquillarse, cosa que normalmente no sucede en los baños, ya que carecen de ella o tienen más bien poca luz natural. En Alma Project destacan especialmente otra ventaja más: la higiénica. Según los fundadores del estudio, es muchísimo más higiénico separar el inodoro de los lavamanos porque resulta “que la cantidad de gérmenes que se esparcen por el aire tras tirar de la cadena del inodoro con la tapa abierta, se ha demostrado que son los causantes de muchas infecciones bucales, ya que se han encontrado estos gérmenes en los cepillos de dientes”, según han leído en una noticia publicada. Y este mismo estudio es el que alude también a una desventaja. El lavamanos, al tratarse de un punto húmedo, el agua puede salpicar y caer a su alrededor, “lo que obliga a pensar al detalle los acabados y materiales que se escogen en el entorno más cercano”, aconseja Alma Project. Cómo integrar estéticamente los lavabos en su nuevo hábitat A efectos de obras, en el caso de los lavamanos situados en el dormitorio, Anabel Soria recomienda tener previstos los desagües y las tomas de agua. A partir de ahí, su planteamiento en cuanto a espacio es que, aunque compartan la misma estancia, “los usos estén zonificados para respetar su identidad”. Para ello es importante que “todo siga la misma línea a la hora de integrar los lavabos en la propia estancia del dormitorio, sin tener la sensación de que el baño la ha invadido”. Por su parte, Alma Project afirma que la clave para integrar los lavamanos fuera del baño “es convertirlos en un elemento icónico, en el protagonista de ese nuevo espacio. Si no, se corre el riesgo de que quede totalmente descontextualizado, fuera de lugar y sin sentido”. Para Pia Capdevila, la zona del lavamanos suele estar ligada a la zona del vestidor, por tanto, la clave para ella es situarlo ahí, más que en el dormitorio. En su opinión lo importante es que no se vea desde la cama. ¿Y cómo se consigue? Jugando con elementos divisores, espejos y cristales y haciendo que generen una función de islas. En cuanto a cómo integrar los lavamanos en el conjunto del espacio, la interiorista catalana recomienda “utilizar los mismos materiales que en el dormitorio, en línea en cuanto a tonos, colores y texturas, aplicables a las maderas, los porcelánicos o los textiles que se utilicen”. Las ventajas de situar los lavamanos en el dormitorio son la flexibilidad de usos, la luminosidad, la higiene, la privacidad y la creación de un tocador Alma Project ©María Pujol Estudio Anabel Soria ©María Mira

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