Confianza renovada

El mueble de cocina español ha resurgido gracias a los esfuerzos de las compañías por conquistar nuevos mercados y reconquistar el propio. Este difícil reto doble ha sido posible gracias a un sector que ha recobrado energías y una confianza en su producto que la crisis le había hecho olvidar.

02/11/2015

La tendencia en el mercado del mueble de cocina español comenzó a ser positiva en 2014, año en el que el mercado interior aparente creció un 3,5%, pasando de 511 a 529 millones de euros. Este cambio de tendencia hizo despertar de golpe a un sector que había basado su ...

La tendencia en el mercado del mueble de cocina español comenzó a ser positiva en 2014, año en el que el mercado interior aparente creció un 3,5%, pasando de 511 a 529 millones de euros. Este cambio de tendencia hizo despertar de golpe a un sector que había basado su existencia en la supervivencia durante demasiados ejercicios. A este optimismo hay que sumarle la sabiduría de aquellos que han superado las dificultades de los tiempos de vacas flacas, y tendremos la filosofía y el savoir-faire de las empresas del sector del mueble de cocina en España.
 
Una sabiduría que se puede resumir en una frase: hay que escuchar y responder al cliente. El futuro parece pasar por la flexibilidad absoluta ante las necesidades y los gustos de cada uno de los clientes, y las compañías españolas se están especializando en este tipo de servicio a la carta.
 
Flexibilidad, servicio personalizado, y, cómo no, calidad. Los fabricantes han recuperado la confianza en su producto y están preparados para explicar sus bondades a los clientes, y convencerlos de que un mueble español es una opción de calidad y diseño.
 
Y es que el mueble español ha encontrado su propia personalidad, que aúna calidad y diseño innovador, imaginativo, con carácter latino. Un diseño que debe adaptarse perfectamente a la manera de vivir del usuario y reflejarla como un espejo. Es por eso que la individualización es muy importante. Debe adaptarse a los ritmos y a los usos que el usuario hace de la cocina, por un lado, y a las nuevas costumbres de la era digital, por otro. 
 
El mercado interior no es suficiente hoy por hoy, ni lo volverá a ser en el futuro, para unas empresas que han aprendido a cruzar la frontera en busca de nuevos mercados. Es otra de las lecciones de la crisis: diversifica para ganar. Pese a que las exportaciones permanecieran estables en 2014, con un muy ligero retroceso de tan solo un 0,8%, de 122 millones a 121 millones de euros, lejos de los 112 millones del año 2012 o de los 95 del 2011, las empresas saben que la exportación es parte del camino que deben recorrer. Tener una sólida cartera de clientes en los mercados exteriores es uno de los objetivos de las empresas españolas.
 
Las expectativas de crecimiento para el 2015 y 2016 se basan, sobre todo, en los mercados intercontinentales, mercados emergentes que no están sometidos a los vaivenes de la economía en Europa. Mientras tanto, el mercado español y los demás mercados europeos siguen ofreciendo un futuro incierto al sector del mueble de cocina. Un futuro que dependerá de la marcha de la economía, y que obliga a los fabricantes a actuar con optimismo, pero a su vez con precaución.

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