Precisamente, las reformas realizadas en los baños son las más habituales en los hogares, seguidas de las que tienen lugar en la cocina. En general, pasamos más tiempo en casa que antes. Por eso, queremos que nuestras viviendas nos den ciertos niveles de confort, de comodidad y de prestaciones. En este sentido, los baños, junto con la cocina, se han convertido en estancias estrella, que no sólo cumplen la función de higiene para los que estaban diseñados inicialmente. El objetivo suele ser renovar el diseño, poner al día las instalaciones sanitarias y la fontanería, ganar en confort y mejorar en eficiencia, tanto energética como de consumo de agua.

Pasados ya los años de crisis, en los que hemos retenido los gastos que suponen grandes inversiones, ahora hay mayor certidumbre sobre la situación económica, pues el paro está descendiendo paulatinamente y los bancos están abriendo el grifo de la financiación. La realidad es que, en nuestro país, año tras año se venden más viviendas de segunda mano que nuevas. Por ello, el número de personas que ha hecho algún tipo de reforma en su casa asciende a 35.465, una cifra que se aproxima mucho al número de viviendas nuevas vendidas. Esto, unido a que no haya dinero para adquirir una vivienda nueva está motivando que sea un buen momento para tomar la decisión de reformar el baño de casa. De hecho, reformar la vivienda es el motivo principal para pedir un préstamo para el 46% de los españoles, según el Observatorio Cetelem sobre el consumo en España en 2015.

El baño es uno de los lugares de la vivienda que cuenta con más instalaciones que requieren de un mayor mantenimiento, especialmente por el desgaste que produce la humedad. La inversión que puede suponer depende también de la localidad donde esté la casa y de lo que se busque. Si bien, rondará los 3.500 euros para uno de unos cuatro metros cuadrados ya que una partida importante se destina a los pavimentos y revestimientos de las paredes. Es necesario que los materiales soporten bien las citadas condiciones de humedad que los baños.

Los expertos destacan la importancia de planificar el proyecto con antelación, para que se ajuste perfectamente a las necesidades de los usuarios y evitar futuros errores. Es muy importante contar con un proyecto de reforma y tener muy claro lo que se persigue con ella: renovar el diseño, poner al día las instalaciones sanitarias, la fontanería y la electricidad, ganar en confort, facilidad de limpieza, mejorar en eficiencia, etcétera. Por otro lado, hay que tomar decisiones como colocar uno o dos lavamanos, o elegir las griferías y mamparas. Normalmente las dimensiones de los baños suelen ser reducidas y las soluciones más recurrentes para ganar espacio son eliminar el bidé y sustituir la bañera por la ducha –en el 60% de las actuales reformas de cuartos de baño los propietarios optan por colocar un plato de ducha, por resultar más práctico–. En este último caso, hay reformas parciales que están dirigidas a cambiar la bañera por la ducha, sobre todo cuando los usuarios tienen una movilidad reducida. Asimismo, una iluminación adecuada se convierte en una importante fuente de bienestar. 

En definitva, lo óptimo, según los especialistas, es pedir tres o cuatro presupuestos para elegir el que más encaje con lo deseado, con las perspectivas y con el dinero disponible. Las obras precisan de una gran inversión, por lo que es vital seleccionar a la empresa, a las marcas y a los proveedores más idóneos. Lo que está claro es que la reforma de un baño permite, a nivel estético, una gran variedad de posibilidades decorativas en cuanto a elementos.