Los años 60 en pleno siglo XXI

Profundamente conectada a su contexto natural, ni el frío de Quebec impidió diseñar una casa con doble terraza en la que preservar el pasado y el futuro de una familia.

31/10/2016

Sin perder los recuerdos que la han cimentado Du Tour Residence, su proyecto de renovación para las nuevas generaciones de una familia supuso un trabajo muy personal, donde el reto consistía en crear un interior muy contemporáneo conservando su personalidad. Desde Architecture Open Form consideraron fundamental mantener las perspectivas que ofrecían ...

Sin perder los recuerdos que la han cimentado Du Tour Residence, su proyecto de renovación para las nuevas generaciones de una familia supuso un trabajo muy personal, donde el reto consistía en crear un interior muy contemporáneo conservando su personalidad.

Desde Architecture Open Form consideraron fundamental mantener las perspectivas que ofrecían los distintivos volúmenes horizontales. Para ello, se construyeron terrazas a cada lado de la casa, cubiertas por un tejado continuo. La primera está conectada a la cocina y al comedor, y se ha convertido hoy en un espacio tanto para el desayuno como para la meditación. A más de 30 metros de distancia, la segunda se encuentra conectada al gimnasio y a la sauna del sótano. En ella se colocan una cocina exterior, la mencionada chimenea, un comedor, una sala de relajación y un spa, y supone el pequeño paraíso de la casa.

El estilo tradicional interior fue transformado con sobriedad y elegancia en un espacio muy contemporáneo, matizando los toques bucólicos que unifican el interior y el exterior. De ello da cuenta una cocina amplia yllena de matices donde todo está dominado por el blanco: en paredes y techo, mobiliario, armarios y electrodomésticos, todos ellos de Miele.

Para romper con las tonalidades predominantes, la alargada mesa de comedor supone una nota discordante y vintage, gracias a la oscuridad de su color marrón y al brillo de su acabado. Esta decisión de diseño resuena en la casa a través de otras notas de enorme gusto, como el generoso sofá de seis plazas de Zanotta en el salón de recepción, matizado por las dos butacas en tonos naranjas colocadas enfrente. Entre ambos elementos, el diamante central, una mesa obra de MDF, que se encuentra también sobre una alfombra tibetana de Jankath.

Una de las influencias constantes en Du Tour Residence es el agua. Así lo demuestran el spa en el sótano, el sofisticado jacuzzi en una de las terrazas o el cuarto de baño principal, diseñado con una pureza transversal y limitado por dos puertas, como si de una habitación se tratara. Precisamente rodeada por uno de los ríos más célebres de Canadá que divide la isla de Montreal, el Río de las Prairies o Praderas, esta casa no sería la misma sin su presencia fluvial, que la dota de un carácter abierto y exterior, algo sorprendente debido a las temperaturas frías de Quebec gran parte del año. Sin embargo, nada hace presagiar malos augurios al entrar en contacto con ella, una casa pensada para el disfrute y la calidad de vida para el día a día.

 

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