Los socios directores y descendientes de las dos familias que crearon Miele en el año 1899, Markus Miele y Reinhard Zinkann, vinieron este martes a Madrid para celebrar el 50 Aniversario de la compañía en España y la inauguración de su nuevo showroom. Ambos tuvieron un encuentro con la prensa, acompañados por Paul Ditmar Vierbuche, director general de Miele España.

Miele señaló que un 44% del negocio corresponde a elementos y accesorios de cocina y otro 25% a cuidado de la ropa. Por otro lado, comentó que las ocho fábricas que poseen en Alemania están muy cercanas entre sí y que tienen otras cuatro fuera de dicho país, una en China. Añadió que, actualmente, trabajan con dos catálogos: para especialistas de cocina y para generalistas. Se reduce el surtido a la gama de entrada para la nueva distribución, siempre bajo el paraguas de distribución selectiva.

Zinkann comunicó, por su parte, que el 60% de la facturación se obtiene de fuera de Alemania. Aseguró que no están interesados en negocios a corto plazo, sino a largo plazo. Además, buscan que sus clientes estén felices. De acuerdo con sus palabras, la casa Miele está construida sobre solidez (fiabilidad, durabilidad y control táctil), sobre función (rendimiento, conveniencia y eficiencia energética) y sobre diseño (operación intuitiva, estética y consistencia). “Tenemos una marca de muy alta calidad. Tenemos showrooms repartidos en más de 50 países. Y hacemos, por ejemplo, clases de cocina para mostrar las funcionalidades de nuestros productos”, pronunció. A su juicio, “el momento ahora es muy bueno porque el mercado español está recuperándose” y “la gente invierte más en el hogar que en los tiempos pasados”.

Por último, Vierbuche indicó que Miele acabará este año con un 12,5% de crecimiento, cuando el mercado español acabará con un 2%. El secreto de este éxito ha sido “introducir la distribución selectiva”. Hoy por hoy, tienen 1.000 clientes a los que visitan periódicamente. “Una marca como la nuestra da seguridad en la venta. Si bien, se necesita más tiempo y dedicación para vender nuestro producto. En estos momentos, todos los países en Europa trabajan con la distribución selectiva”, aseveró. Acto seguido, reconoció que en el nuestro la notoriedad de la marca es más pequeña que en otros países de la Unión Europea. “Como consecuencia, hemos planificado un plan de desarrollo a cinco años con el objetivo de duplicar la cuota de mercado”, anunció. Para ello, se apostará por mejoras en la visibilidad, por mejor surtido, por más Miele Experience Centers y por más publicidad. Respecto al surtido; se traerán novedades en frío y mejoras significativas en los segmentos de lavado, de secado y de lavavajillas. “En frío, que es un tercio del mercado, no estamos tan bien y tenemos que trabajar. Somos más fuertes en lavado, en secado y en lavavajillas”, asumió. Como la clave tiene que ser que la tienda venda, Miele ha desarrollado un fuerte departamento de formación. Dos meses por año, la tienda tiene que mandar a sus empleados a formación, para que tengan el nivel necesario.

Tras el evento, los periodistas acudieron al nuevo Miele Experience Center en la calle Claudio Coello, en el número 17, con más de 350 metros cuadraos de exposición. La idea que dio pie al nacimiento de los Miele Experience Center, un proyecto que en la actualidad cuenta con más de 75 showrooms repartidos por todo el mundo, es disfrutar de un entorno vanguardista con el que sumergirse en el mundo Miele de una forma amena y dinámica. En ellos, se exponen las últimas novedades tecnológicas y de diseño de la compañía y se acerca la marca de una manera emocional y sensorial tanto a clientes como a profesionales. Sus numerosas actividades, entre las que se cuentan talleres de cocina y demostraciones, han convertido estos espacios en puntos de encuentro para aquellos que valoran la calidad, sin olvidar el diseño y la innovación. Esta apertura refuerza el importante plan de crecimiento que la empresa está desarrollando en nuestro país. Cuestionado por el sitio donde se abrirá el siguiente, Vierbuche apuntó a que han pensado en Bilbao y en Valencia, siempre en localidades en las que hay “alrededor de un millón de personas alrededor”.