Especializado en diseños personalizados, David Stimmel se encarga de crear, vestir, decorar y habitar cocinas y baños con muebles hechos a medida. Una misión única que da como resultado espacios únicos. Así nos lo cuenta desde Pensilvania el propio Stimmel: “Nuestro trabajo se centra en diseñar un espacio como un todo, y no sólo en vender mobiliario de cocina”. Aunque la finalidad sea siempre dar respuesta a lo más personal e individual que tiene el diseño para un cliente, para el estadounidense vale la pena tener los ojos puestos en una visión amplia del diseño, mucho más allá de lo local. Entre todos ellos, “el estilo español de grandes estampados y de mayor impacto, tanto en colores como en texturas, ha influido en los productores de todo el mundo, por ejemplo deshaciéndose de las baldosas más tradicionales en cuanto a formas y tamaños”, reconoce Stimmel. “Estos diseños más atrevidos están por todas partes hoy en día”, una muestra de que la globalización y las nuevas tecnologías han surtido efecto a la hora de acercar estilos y de repercutir unos sobre otros. ¿Un nombre que viene a la mente? “Creo que Porcelanosa tiene un profundo impacto en la industria de la cocina de todo el mundo –reconoce el diseñador–. Siento que su trabajo es uno de los que lidera el estilo de una cierta transición que ha emergido en el mercado global. Desde su oferta de porcelana, única y en grandes formatos, hasta sus puertas de estilos absolutamente simplificados. Han dado voz a los estilos más populares a nivel mundial”.

Clasicismo, el favorito de los americanos

Stimmel apela varias veces a esta transición, a “un cierto estilo transicional”, que se ha impuesto de cara al consumidor global. “En Estados Unidos, el cliente es todavía mucho más conservador que en Europa. Sin embargo, este estilo transicional del que hablo puede representarse tanto en los looks más atrevidos como en versiones más tradicionales y moderadas”, y es ahí donde la diversión toma forma, en la hibridación de estilos. No menos interesante puede ser la revisión de los clásicos de la cocina. De hecho, un material como el mármol parece siempre volver, o quizá siempre quedarse. Tanto éste como el granito se encuentran “dominando el mercado en cuanto a encimeras se refiere”, en palabras de David Stimmel. Esto pone de manifiesto las líneas delicadas y formas más convencionales que impera en gran parte de los diseños preferidos de los estadounidenses. “Sin embargo, productos como el Caesarstone están consiguiendo una popularidad muy notable y ofrecen mejores tamaños y una variedad de colores muy interesante”. Por su parte, el roble en blanco y el nogal siguen siendo las únicas maderas reclamadas, “son las únicas que llegan a configurar las cocinas de hoy”, reconoce Stimmel. “Las islas siempre serán el centro de la cocina” –continúa–, aunque en este nuevo estilo tradicional han nacido también nuevas oportunidades para resaltar otros recovecos. Así lo describe el diseñador cuando se refiere a las paredes de grandes baldosas que frecuentemente se combinan con estantes abiertos, uno de los últimos elementos que todo cliente quiere. Con ellos, los utensilios de cocina y otros elementos visuales están a la vista y “dirigen el diseño”, apunta el diseñador de Pensilvania.

La tendencia del año

Hay algo de lo que los diseñadores de cocinas no pueden huir desde hace una temporada. Se trata, sin duda, de la fuerza y precisión con la que el blanco se ha apoderado del nuevo corazón del hogar. “El blanco con los colores blancos, y una paleta de blanco sobre blanco sigue siendo el pilar y la base del diseño”, algo que combina a la perfección con las nuevas líneas de electrodomésticos que apuestan por el blanco impoluto. Con todo, de nuevo es necesario establecer un paralelismo entre el Viejo y el Nuevo continente: “En Europa, las nuevas tendencias pueden también ejemplificarse con un armario de tonos ligeros, que permite una cierta introducción del color”, señala Stimmel. Es decir, pese a que el blanco también es tendencia en nuestros territorios, existe un dinamismo formal que permite una mayor experimentación en general. En cualquier caso, una tendencia global son los acabados en mate y productos que han sido pintados, “son la clara tendencia”, matiza.

Tiempo para el live edge

Formas sinuosas, calidez de los tonos naturales y un concepto simple y puro, así puede definirse el live edge, uno de los estilos más demandados en el diseño de mobiliario contemporáneo. Este 'todo en uno' es uno de los favoritos de los clientes de Stimmel, quien apuesta por el nogal para los mejores acabados. En plena efervescencia, los muebles en live edge presentan una imagen de la madera cruda, un verdadero vínculo con la naturaleza y una evocación del tronco del árbol del que nace. En su catálogo, Stimmel y su equipo buscan las líneas curvas delicadas antes que los ángulos más abruptos o los acabados más toscos. Pequeñas aberturas cortadas directamente sobre la madera en lugar de pomos, y las formas irregulares que dibuja la madera en su interior es la clara apuesta por lo rústico y lo contemporáneo, la alternativa al clasicismo que impera en las cocinas de diseño en Estados Unidos.

¿Una pasión? Buscar las imperfecciones

Stimmel se ha ganado su espacio propio en el negocio del diseño durante los últimos treinta años. Con base en Philadelphia, David Stimmel tiene más de 25 premios a su nombre, entre ellos varios National Gold Awards, National Design Awards, y varios galardones CCWMA. Todos ellos son la muestra de una imaginación rica y de un trabajo flexible. Así se explica que los premios hayan valorado cocinas de 40.000 dólares y también otras de 100.000 dólares. “No se trata del presupuesto, se trata de hacer algo fantástico”, reconoce. Desde sus primeros pinitos como carpintero a los 16 años, la filosofía del diseñador no se entiende sin su concepción de lealtad. Y es que todas las cocinas se instalan con el mismo equipo y parten de la misma pasión a la hora de encarar cualquier proyecto: “Es mi pasión, sin ninguna duda. Podría hacer esto durante 24 horas los 365 días del año. Estoy casado con esto”, asegura. ¿Su lema? “Como diseñador, no se trata de tratar con la perfección, sino con las imperfecciones de las cosas. Y siempre tienes que ser capaz de mantenerlo, sin importar lo que suceda”.