Localizado en el distrito limeño de Asia, aproximadamente a 100 kilómetros del centro de la ciudad, esta casa de playa fue diseñada para un uso veraniego, de diciembre a abril. “Lo que fue determinante en Casa Bora Bora fue el hecho de que se trataba de una casa de uso temporal y, por otro lado, que se tenían que aprovechar al máximo las vistas al océano Pacífico”, explican los arquitectos Nikolas Briceno y Jaime Sarmiento, líderes de este proyecto de tipo privado. Simplicidad y encanto fue el pacto que el despacho 2.8x arquitectos selló con un cliente que buscaba dar con la casa idónea para sus veranos. Ni grande ni pequeño, ni lujo ni austeridad, este hogar combina a la perfección calidez con diseño, además de un confort que se respira por los cuatro costados. Y es que en un espacio modesto, Casa Bora Bora cuenta con tres habitaciones –todas ellas equipadas con baño en suite– además de una piscina y una terraza que se extiende en 360º, lo que la hace plural para cada momento del día. De este modo, si en la zona de la piscina descansan unas elegantes tumbonas y sombrillas sobre un suelo de parqué, una línea de cemento y piedras es el lateral más privado de la casa, si bien es un pasillo exterior que une las áreas de descanso.

Espacios flexibles

La propuesta de Casa Bora Bora partió de una integración espacial plana, pensada para las zonas públicas. Así, la casa es desde el exterior un volumen compacto, simple y sin detalles, que simula un prisma rectangular. El suelo se organiza en secciones que se separan entre sí por puertas correderas de cristal, las que generan una posibilidad maravillosa, ya que permiten integrar diferentes espacios en uno solo, y dar sentido así a un bloque compacto también en el interior de la casa. Estos espacios que pueden ser uno solo son la piscina, el salón, el comedor y la cocina. Además, la posición de cada espacio permite una vista permanente de la playa y el mar. “Como parte de esta idea de integración –sugieren los arquitectos–, los espacios tienen un uso flexible en función de las actividades típicas de una casa de playa”. Es por este motivo que la cocina puede convertirse fácilmente en un bar, así como la barra de granito en marrón África que se encuentra en el salón. Las mencionadas puertas correderas de cristal son la clave de este hogar que se vuelve sofisticado al multiplicar sus opciones espaciales. Las puertas pueden esconderse detrás de la pared de cemento cuando se quiera conseguir un solo espacio, o pueden ser unas generosas puertasventanales que únicamente permitan al bar y el comedor comunicarse. En cualquier caso, esta es una casa especialmente exterior, como demuestra que el comedor sea un espacio abierto, parcialmente cubierto con un techo entre la cocina y el salón. Como si se tratara de una domus romana, este comedor actúa también como patio central de la distribución general, y el lugar donde sus habitantes se encuentran.

Dormitorios muy independientes

Las habitaciones privadas de la casa cuentan una historia totalmente diferente a las áreas públicas, tan abiertas al mundo exterior. En este caso, sólo el dormitorio principal da al mar, mientras que los dos restantes miran a la zona norte de la casa para conseguir una mejor iluminación y ventilación. “Ésta fue una decisión del cliente, ya que prefirió dar independencia a cada dormitorio en un estilo informal”, apuntan los responsables de Casa Bora Bora. Es por ese motivo que los dormitorios dan a un pasillo lateral del patio central, que cuenta con una celosía de madera con puertas independientes delante de cada habitación. El motivo de plantear dos habitaciones que bien pudieran actuar como pequeños apartamentos independientes fue precisamente permitir al invitado o a los hijos “Podría decirse que este proyecto es una combinación idónea de luz, ventilación y espacios que permiten que la casa pueda funcionar por sí misma”, recalcan los arquitectos sobre una casa que sin duda invita al descanso, a la desconexión de una gran ciudad que en realidad no queda tan lejos. La magia del diseño y una etérea simplicidad hacen posible que la realidad sea casi onírica. del cliente contar con espacios autónomos. “Buscábamos unos dormitorios que permitieran un libre movimiento, entrar y salir de la habitación sin necesitar pasar por otras zonas de la casa”, explican los arquitectos. Por su parte, en los cuartos de baños apostaron por un pequeño detalle de lujo, ya que están basados en un concepto de SPA. Así, los cuatro baños de la casa tienen pequeños jardines abiertos con plantas, algo que la propia Lima permitió, al ser una ciudad en la que prácticamente no existe la lluvia.

Marcadamente informal

Casa Bora Bora es una muestra de “arquitectura simple con líneas modernas, donde lo más importante fueron unos resultados muy funcionales”, matizan Briceño y Sarmiento. Todo el resto es claramente informal, tal y como demuestran unos materiales crudos, en los que la madera y el cristal coronan una gran construcción de cemento tratado. “Podría decirse que este proyecto es una combinación idónea de luz, ventilación y espacios que permiten que la casa pueda funcionar por sí misma”, recalcan los arquitectos sobre una casa que sin duda invita al descanso, a la desconexión de una gran ciudad que en realidad no queda tan lejos. La magia del diseño y una etérea simplicidad hacen posible que la realidad sea casi onírica.