Transformado en un complejo residencial alrededor del 2000, el Palmscher Park en Esslingen hoy en día es uno de los barrios más atractivos de la zona. Sólo a diez minutos del centro del pueblo Esslingen, este barrio promueve una deseada calidad de vida, en espacial por su balance entre lo urbano y lo natural. Cuando una gran oficina se vació, una familia vio el cielo abierto para desplazarse a la zona
y asentar ahí su hogar. Al dirigirse a los arquitectos de Ippolito Fleitz Group, una de las particularidades de los clientes fue promover el diseño del dormitorio principal absolutamente exento de luz, sin ninguna abertura más que la puerta de entrada. Otra de los deseos de esta familia alemana era contar con un verdadero espacio abierto donde compartir sus días, un espacio de comedor, cocina y salón que, por qué no, pudiera estar decorado con un piano a un extremo, y con una vespa en el otro. De los barracones originales a la oficina
posterior y ahora a este hogar llamado Loft ESN, el visitante que llega a esta casa aterriza en un espacio amplio que se abre a lo largo de un axis horizontal y uno vertical. Apostando por el espacio abierto que ya constituía el local comercial previo, el área de living sólo se separa de la entrada a través de una cortina con forma de L que actúa como relleno.

Juego de luces
Cuando esta entrada se deja atrás, el visitante siente que la planta baja se distribuye alrededor de la cocina-comedor. Conectada en el espacio sin fisuras, su lano abierto llama la atención puesto que ocupa su lugar sin llamar la atención pese a estar llena de detalles del diseño más minucioso. La alargada mesa de comedor no deja dudas de que la cocina supone el centro del área, algo matizado gracias a la alfombra que la sustenta y a la bella lámpara enmarañada de seis bombillas que corona este centro, una verdadera aureola. Esta pieza clave en el diseño de la cocina está, nunca mejor dicho, llena de luz. Todas sus bombillas penden de dos varas que, debido a sus diferentes ángulos, permiten entrelazarse formando una verdadera obra de arte de líneas y formas triangulares.

Esta lámpara es un buen ejemplo de un elemento de sólida presencia que en ningún momento sobrecarga el espacio, puesto que sus varas enmarcan el interior de la cocina, y dejan pasar el flujo de espacio ampliando sus posibilidades. Por otro lado, debido a la altitud de los techos de esta vivienda, los puntos de luz insertados en ellos quedan fácilmente alejados de las superfícies a iluminar. Es por ello que el despacho de arquitectos colocó notas de luz distribuidas en partes más inferiores, en la medida en la que fuera posible.

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