Cifras que aumentan, un mercado que vuelve a la vida, fabricantes más optimistas... esa es una de las caras del 2016 para el sector del herraje. No cabe duda de que se trata de un buen año, de un paso en la dirección correcta, de un premio a la constancia y el trabajo de una industria que, en ocasiones, ha sido maltratada por las circunstancias externas. Pero también existe otra cara: una que habla de una producción que no crece al mismo tiempo que el mercado, y de una importación que sí lo hace. Concretamente, la producción subió un 0,5% entre 2015 y 2016, hasta llegar a los 185 millones de euros, mientras que la importación aumentaba en un 3,5% en el mismo periodo, para situarse en 268 millones de euros. Todo en un año en el que el mercado aparente en España  crecía en un 2,7%, hasta los 376 millones de euros. En otras palabras, crece más la importación que la producción, y eso es una señal de alarma.

Preparados para la batalla
El mercado arrancó sus motores en 2015, y los importadores no tardaron en subirse al carro de las ganancias. Es por ello que definimos el 2016 como momento decisivo para el herraje: con la certeza de que la competencia había vuelto, las empresas españolas tuvieron que prepararse para una nueva lucha, esta vez con el objetivo de recuperar nichos de mercado y no dejarse conquistar por los fabricantes europeos, en el segmento medio-alto, o por los fabricantes asiáticos, en el segmento medio-bajo. Las cifras pueden, en este caso, empañar los logros de estos productores españoles, que fueron capaces de ofrecer unos herrajes de una gran calidad a un precio muy competitivo. Modelos de bisagras adaptables a las necesidades del diseñador de mueble de cocina, de distintos colores, texturas, formas y materiales, el diseñador o comprador puede encontrar todo lo que imagine en los catálogos de los fabricantes del país.

Innovando desde el sentido común
Y es que la innovación es uno de los secretos del sector. Discreta y pausadamente, pensando y planteándose cada avance desde los prismas del diseño, la funcionalidad, la resistencia y el uso de la más avanzada tecnología, los departamentos de I+D de las principales empresas crean herrajes para que encajen en la cocina ideal y la hagan más perfecta si cabe. No hablamos solamente del producto final, sino también de la  optimización de procesos para permitir una entrega más rápida, una mayor  personalización, un precio más ajustado; de servicios pre y postventa profesionales y directos, y de campañas de comunicación impactantes, que den a conocer las bondades de todo ello. Un ejemplo de esta búsqueda de la excelencia son las aplicaciones para el teléfono móvil lanzadas por las empresas más importantes, y que facilitan el montaje de sus productos sin tener que acudir al manual de instrucciones.