Pendientes de la importación

El 2016 puso a prueba los nervios de los fabricantes de fregaderos españoles. A la par que crecía el mercado aparente, también lo hacía la importación, trayendo de vuelta los fantasmas de un pasado en el que el enemigo a abatir era el producto asiático.

26/07/2017

El esfuerzo titánico de los últimos años comenzaba a dar sus frutos en la industria del fregadero, cuando, de pronto, volvió la amenaza de la importación. Así podría comenzar la crónica del 2016 para el sector. Una crónica trepidante y llena de intriga, mezcla de buenas y no tan buenas ...

El esfuerzo titánico de los últimos años comenzaba a dar sus frutos en la industria del fregadero, cuando, de pronto, volvió la amenaza de la importación. Así podría comenzar la crónica del 2016 para el sector. Una crónica trepidante y llena de intriga, mezcla de buenas y no tan buenas noticias para los fabricantes. Los capítulos más optimistas hablan del aumento de la producción. Paso a paso, la industria ha sido capaz de mantener el crecimiento en las últimas temporadas, pasando de 32 millones de euros en 2014 a 34 millones en 2016. En otras palabras, la producción ha crecido un 6,25 % en dos años, una cifra muy positiva si tenemos en cuenta los vaivenes de épocas anteriores. Encadenar dos años de crecimiento es algo de lo que los fabricantes pueden estar orgullosos, y un síntoma de que el mercado necesita producto nuevo por fin. Demuestra que el mercado de la cocina, ya sea de la obra nueva o de la reforma, vuelve a latir con más fuerza.

Antiguas preocupaciones

Sin embargo, no todo fueron buenas noticias en el 2016. Este capítulo optimista en la crónica de la industria del fregadero vino acompañado por uno de los grandes peligros que acechan el sector desde siempre: una importación que amenaza con llevarse un gran trozo del pastel del mercado. Efectivamente, la lucha contra los fregaderos importados desde Europa, en el segmento más alto, o desde Asia, en los segmentos más populares, vuelve a preocupar a los productores de fregaderos españoles.

Durante años han vivido bajo el lema de innovar y seguir mejorando para conquistar el mercado una vez despertase de la crisis. No podemos decir que no lo hayan hecho, no hay mucho más que se le pueda pedir a un fregadero si observamos los modelos actuales. Y pese a todo, la importación es la cifra que más creció en 2016. En concreto, se registró un 36% más de productos importados a España que en el 2015; de 11 millones, se pasó a 15 en tan solo doce meses. La importación parece imparable. En cuanto las empresas extranjeras comprueban que el mercado se regenera, vuelven a ofrecer sus productos en él, a precios muy bajos, en el caso de las compañías asiáticas, y con grandes campañas de marketing, en el caso de las europeas.

Preparados para luchar

A los fabricantes españoles no les queda otra opción que seguir peleando para convencer a los consumidores de las cualidades superiores de sus productos. Innovación, calidad en el servicio post-venta y una ardua tarea de comunicación, son las claves para revertir el efecto del 2016 en el futuro. Las empresas del sector tienen confianza. Si bien el 2016 les encontró en fuera de juego, el 2017 de buen seguro podrán conquistar a los consumidores gracias a las mejoras que los fregaderos han protagonizado en los últimos años. Un fregadero ofrece, hoy en día, posibilidades que antes solo estaban en la mente del diseñador de interiores. Colores intensos y pastel, materiales contundentes como la piedra natural o las resinas, otros de texturas seductoras como la cerámica o el vidrio, y un renovado acero inoxidable, cualquier opción es válida hoy en día.

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