Pensamiento circular, hechos circulares y servicio a la sociedad. Son los tres niveles en los que Cosentino está llevando la gestión del cambio hacia un modelo circular. La compañía presentó su Memoria Anual de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) 2018 a stakeholders y medios de comunicación este martes en su Cosentino City Madrid.

"La economía circular es una fórmula de éxito en la que creemos", destacó en primer lugar Santiago Alfonso, vicepresidente de Comunicación y Marketing de Cosentino. Afirmó que la innovación ha sido el vórtice de crecimiento de esta empresa desde sus inicios. Rememoró que surgió el producto Silestone en 1990. Luego, vinieron Sensa en 2003 y Dekton en 2012. Éstos son los tres grandes hitos de innovación de Cosentino. En 2009, lanzó Eco by Cosentino, que después se integró en Silestone. En su historia de 40 años, Cosentino ha hecho de la innovación su razón de ser. El inspirar a las personas a través de espacios innovadores es parte de su filosofía, como demuestran los doce Cosentino City que hay en todo el mundo.

Alfonso ofreció las cifras de 2018 incluidas en la Memoria Anual de RSC. El importe neto de la cifra de negocio fue de 984,5 millones de euros. Se invirtieron 25,3 millones en I+D, un 11% más que en 2017. Aumentaron un 64% la cantidad de materia prima reciclada/recuperada respecto a 2017. Se elevó un 53% el agua reutilizada. Destinaron cinco millones de euros a la puesta en marcha de activos relacionados con su gestión medioambiental y 8,1 millones a gastos medioambientales. Se mostró especialmente orgulloso al informar de que, al cierre de la Memoria, eran 4.314 empleados, un 10,15% más que en 2017, y que se están incrementando los puestos de trabajo a un ritmo de más de 300 nuevos por año.

Quien desveló las claves y los hechos reales que les ha permitido conformar un modelo respetuoso, regenerativo, comprometido y de éxito a su vez fue Antonio Urdiales, director de Medio Ambiente de Cosentino. Habló de los cinco grandes objetivos de RSC en el día a día de la empresa: la salud y el bienestar de los trabajadores, el crecimiento constante del empleo, el compromiso con una educación de calidad para promover la economía circular, la apuesta por infraestructuras e innovación y un consumo y producto sostenible. "La apuesta por el I+D sostenible es evidente. Trabajamos por mejorar la salud de los que integran nuestro equipo. Un punto fuerte es el consumo y producción sostenible. Hay que hacer una educación de calidad para promover la economía circular. El tiempo que queda es muy poco para revertir la situación e ir por un camino más sostenible", advirtió.

Por su parte, Nicola Cerantola, fundador y gerente de Ecology, consultor internacional de prestigio sobre economía circular, expuso cómo se ha llegado hasta el concepto de consumo. "Hemos llegado a un extremo tal que incluso hemos separado la oferta de la demanda. Todo eso tiene un coste ambiental", aseguró. Seremos 8.000 millones de habitantes en el mundo en 2030. Habrá un aumento, entre otras cosas, de la demanda de energía del 50%. "Las consecuencias de la linealidad de la economía son muy claras. Si sube la demanda y baja la oferta, las cadenas de suministros se hacen más sensibles a los precios. Es necesario una economía circular, recirculando los residuos", dijo. Apuntó que podemos copiar de la naturaleza el ser más eficientes. Se puede copiar incluso la organización social.

Propuso llegar a un ecosistema que se parezca más "a una jungla, que sea una jungla viva". Es decir, que el residuo sea un nutriente. "Es el mantra que tenemos que seguir. Que todo lo que generemos como residuo le demos un valor", alegó. Sostuvo que tenemos que ver lo que producimos desde la perspectiva biológica y desde la perspectiva técnica.

En ese sentido, Urdiales subrayó que queda mucho por hacer. Cosentino, hace diez años, como empresa, ya pensó en utilizar los residuos. "Dekton es un producto que reúne este pensamiento circular ligado a la naturaleza. Se traduce al final en una serie de números. El 60% de los materiales que se han puesto en el mercado de Dekton incluye material recuperado en su composición. Silestone tiene cerca de un 5% de residuo en su composición", informó. No obstante, insistió en que van mñas allá, que les preocupa todo el impacto que tiene el producto desde que cogen la materia prima hasta que llega a la casa del cliente. Ya fueron pioneros en el sector en lanzar Eco. El reto este año ha sido la declaración ambiental del producto de Silestone.

"Tenemos que introducir el diseño circular", abogó Cerantola. De acuerdo con sus palabras, la economía circular se basa en fabricar objetos locales y también bajo demanda. Es un cambio de paradigma muy importante. Es básico fabricar productos duraderos y reparables. Es la reencarnación de pasar de ofrecer productos a servicios. "En vez de venderte la silla, te vendo un sistema de asentamiento", definió. Abordó la "servitización".

A nivel de compañía, Urdiales aclaró lo que están efectuando en las instalaciones de producción, de tres millones de metros cuadrados, en Almería. Por ejemplo, están ampliando las zonas verdes en el entorno, con plantaciones autóctonas para recuperar los ecosistemas de la zona. Riegan con agua reciclada de los procesos. Actualmente, están trabajando en un proyecto de energía solar. A finales de este año, pretenden construir un parque solar para 20 megavatios, que sería el parque de autoconsumo más grande de España. Asimismo, están poniendo el foco en qué hacer con el producto cuando acabe su vida útil.

De izda. a dcha.: Antonio Urdiales y Santiago Alfonso.