En Cercedilla, un municipio de la Sierra de Guadarra, ubicado a 57 kilómetros de Madrid, se encuentra esta vivienda ampliada y reformada por los arquitectos Enrique Espinosa y Lys Villalba.

Bautizada como The Young Old House y construida en los años 70, no contaba con ningún tipo de aislamiento térmico, por lo que se ha apostado por diseñar una triple estrategia para acondicionar de manera técnica el inmueble: ampliar, relacionar y acondicionar térmicamente la casa, priorizando el confort, el consumo energético y el disfrute de la estancia.

La primera fase de ampliación, ya ejecutada, comprende tres nuevos volúmenes bajo cubierta, que revisten con piezas cerámicas una zona de estar extendida, la habitación de las cuatro hijas (este espacio antiguamente estaba destinado al garaje y al leñero) y un cuarto para las instalaciones de calefacción.

LYS VILLALBA

Los antiguos muros de piedra de la casa de campo se cortan y se sustituyen por una estructura metálica de viga y tensor que permite abrir la nueva zona de estar hacia el paisaje. Además, la cubierta también se sustituye, recuperando los materiales de la anterior construcción para transformarlos en mobiliario.

Por otra parte, la piedra y la madera de las fachadas de la casa se desmontarán para incorporarlas posteriormente al muro existente, con el fin de aumentar el aislamiento térmico. El encargado de realizar este proceso será Sahari, un antiguo albañil y ahora empleado de la familia, que comenzará a partir de verano y proseguirá año a año con la retirada hasta completar el proceso.

Presente y pasado conviven juntos
Según explican los arquitectos, "En The Young Old House nada está en su sitio original". Esto se debe a que el mobilario del inmueble se va fabricando en función de los materiales que se recuperaron de la antigua fachada y la cubierta. Ahora el techo está en la mesa y la fachada es un banco corrido. Por su parte, las contraventanas rojas re-ensambladas son las nuevas puertas y la pizarra de la antigua cubierta espera en el granero a convertirse en la fachada.

La familia de materiales antiguos convive con los nuevos, fabricada principalmente de metal. Es el caso de la puerta oculta para salir directamente al campo o dos ojos de buey que permiten ver desde ellos el norte y el sur del paisaje.