Si nos remontamos a los principios de la cocina modular moderna, veremos que las opciones eran pocas y los retos, muchísimos. Se trataba de componer un lugar en el que preparar los alimentos de una manera fácil y segura, con los materiales que pudieran durar más tiempo y con formas de almacenaje básicas.

El diseño, aunque siempre presente en la mente de los diseñadores, debía en muchas ocasiones ceder ante la funcionalidad de una estancia en la que las familias pasaban largas horas. Llegaron los electrodomésticos, evolucionaron las tareas propias de la cocina, y, poco a poco al principio, y más rápidamente más tarde, cambiaron los materiales, las formas, los colores a disposición del diseñador. Al mismo tiempo, mejoraron las opciones de almacenaje, con sistemas muy imaginativos para poder aprovechar hasta el último rincón de armarios y cajones.

Así, los ingredientes que combinar en la actualidad son muchos. Esto significa, por una parte, que las posibilidades son casi infinitas; por otra, que se necesita mucha experiencia, imaginación y mucho arte para encontrar combinaciones no solo válidas, sino extraordinarias.

Los ingredientes, uno a uno
Pongamos que el mueble de cocina es la base de esta receta. Es el elemento más visible, el que definirá el tono de la composición, su estilo principal. Sin embargo, el mueble solo no es suficiente; necesitaremos varios elementos para dar sabor a nuestra creación.

1. El electrodoméstico. Esencial para conquistar al comprador actual, el electrodoméstico debe proporcionar a la receta su toque de confort y de comodidad, pero también de ecología. La conciencia medio ambiental es cada vez mayor de la sociedad, sobre todo de los más jóvenes. Por ello, este ingrediente debe ser lo más eficiente posible, y los fabricantes se esfuerzan por crear modelos en los que el ahorro de energía es máximo.

Así, los modelos con etiquetas energéticas A+++ ganan cada día más adeptos, sobre todo entre los más jóvenes, quienes saben que sus beneficios son importantes tanto para el futuro como para su economía, ya que la factura de la luz, y en algunos casos, del agua, agradecen a medio y largo plazo el esfuerzo realizado en el momento de la compra.

2. La encimera. Se trata de otro ingrediente básico de la receta de una buena cocina, ya que su superficie es cada día más amplia y su evolución ha sido espectacular. De hecho, podríamos decir que la encimera ha conquistado en los últimos años nuevos espacios y funciones.

Hoy por hoy, una encimera puede ser superficie de trabajo, mesa donde comer, escritorio donde hacer deberes, lugar de descanso donde mirar las redes sociales o dibujar. Además, la encimera se funde con el salpicadero y trepa por las paredes, creando cocinas con mucha personalidad.

Desde hace un tiempo, los diseñadores pueden elegir entre distintos espesores, desde los modelos más gruesos a los más finos, estos últimos especialmente en boga en la actualidad.

FOTO PRINCIPAL.: Grifería GROHE.

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