Durante la pandemia, la sociedad tuvo que practicar una acción, que nunca había realizado: el confinamiento. Con la llegada de la nueva realidad, han florecido nuevos estados mentales, como consecuencia del confinamiento. Provocando cambios en las maneras de relacionarnos y que al final esto deriva en una mayor o menor ...
Durante la pandemia, la sociedad tuvo que practicar una acción, que nunca había realizado: el confinamiento. Con la llegada de la nueva realidad, han florecido nuevos estados mentales, como consecuencia del confinamiento. Provocando cambios en las maneras de relacionarnos y que al final esto deriva en una mayor o menor grado de felicidad.
Grupo Cosentino y la Fundación Arquitectura y Sociedad, crearon un foro virtual, junto a expertos de la arquitectura y de la psicología, con el fin de reunir nuevas ideas, sobre cómo las ciudades, las viviendas y los espacios públicos, pueden incidir en la felicidad, de la población. ¨Todas las temáticas que hemos estado tocando en las diferentes charlas, siempre han estado orientadas en la promoción de la arquitectura, pero desde el ámbito de la sociedad y del contexto histórico actual¨, argumentó Isabel Martínez-Cosentino Ramos, Responsable de Cosentino City Barcelona.
En palabras de Martínez, ¨la felicidad es la búsqueda del bienestar y esa felicidad tiene un impacto en la sociedad y en el entorno en el que vivimos¨, a lo que añadió que, ¨es muy importante crear ciudades o viviendas, donde la gente se sienta confortable y encuentre en esos espacios, la felicidad¨.
El tema central de la charla, estuvo enfocado en la importancia que tiene la arquitectura en la vida de la gente y para hablar de esta cuestión, han participado, Alicia Banderas, Psicóloga y comunicadora; Víctor Moreno, Arquitecto y CEO True Talk; Belinda Tato, Arquitecta en ecosistemas urbanos; y Gloria Gómez Muñoz, Directora de la Fundación Arquitectura y Sociedad.
¨La felicidad responde ante parámetros biológicos y sociológicos, además somos capaces de mejorar nuestras decisiones en épocas de crisis¨, explicó Gómez y continuó preguntando a los participantes, ¨¿Cómo la arquitectura puede influir en la felicidad?¨.
Banderas desde su visión como psicóloga, indicó que, ¨hemos sido capaces de adaptarnos a los lugares donde vivimos y hemos conseguido que nuestras viviendas nos ayudarán¨, y recordó que, ¨durante las sesiones que hacía a sus pacientes online, siempre preguntaba, dónde vivían, cómo eran sus casas, si tenían terrazas y cuanta luz podían obtener a lo largo del día. Son preguntas que he tenido que introducir en las terapias, porque la arquitectura de las casas se volvió un elemento clave, para mejorar la salud mental¨.
Moreno respondió a la pregunta, afirmando que, ¨nos hemos estado encerrados en casa. El hogar fue nuestra protección, ante el mal que estaba en la calle¨, y añadió que, ¨la arquitectura es muy importante en la felicidad de las personas, porque son los guardianes de los recuerdos, de quienes viven y vivirán¨.
Tato señaló que, ¨la arquitectura española, como la italiana, tiene una misma característica. No solo hay vivienda, hay también espacios públicos como son los mercados, los colegios, los gimnasios o los bares que acudimos. En España la vida se extiende más allá de un hogar, no es como en Oslo, donde están más acostumbrados a refugiarse en sus casas por el clima¨.
¨No habrá nuevas ciudades, se construirán ciudades que se amolden a las que ya están¨, matizó Moreno y hizo hincapié en que es necesario, ¨olvidar el individualismo que está surgiendo por el miedo al contagio, aunque está tendencia, viene de hace años. Antes se hacían edificios, donde la calefacción era comunitaria y ahora se quiere tener una calefacción personal, al igual que esta pasando con las piscinas¨.
Tato puso un ejemplo de edificio de felicidad, donde, ¨las residencia de ancianos estarían en el mismo bloque que las guarderías. Esto puede crear una mayor conexión entre todos los ámbitos de la vida¨.
Durante la charla, Moreno introducción el concepto de ¨inteligencia colectiva¨, y expusó que, ¨hay que armonizar, para conseguir una vivienda que aporte felicidad. No habrá ciudades inteligentes, habrá ciudadanos inteligentes¨.
El coloquio finalizó con la pregunta de Gómez, ¨¿En qué ciudades habéis sido felices?¨. Todos los participantes llegaron a una misma conclusión que, ¨no hay ciudades que te aporten felicidad, es la persona la que da la felicidad a la ciudad¨. ¨Hay que tomar conciencia de que el hogar que tenemos en común todas las personas, es el planeta. Es vital, respetar y favorecer el bienestar, para conseguir un planeta sano, sostenible y que exista una inclusión de todas las etapas de la vida¨, sentenció Banderas.