Nueva colección de frisos de Leroy Merlin

La gama cuenta con más de 60 modelos, que se adaptan a las necesidades decorativas y de eficiencia en el hogar. 


10/05/2012

Leroy Merlin ofrece un catálogo que incluye más de 60 tipos diferentes de frisos de madera, MDF melanina o PVC. Solos, combinados entre sí o con otros materiales (pintura, papel pintado o piedra), pueden adaptarse a cualquier estilo decorativo. A la hora de elegir el modelo de friso más adecuado, ...

Leroy Merlin ofrece un catálogo que incluye más de 60 tipos diferentes de frisos de madera, MDF melanina o PVC. Solos, combinados entre sí o con otros materiales (pintura, papel pintado o piedra), pueden adaptarse a cualquier estilo decorativo. A la hora de elegir el modelo de friso más adecuado, hay que tener en cuenta la ubicación, el tipo de habitación, la superficie total a revestir y el presupuesto con el que se cuenta.

Si lo que se busca es dar un toque rústico a la estancia, los acabados de madera en abeto natural o barnizada son la opción ideal. Para un estilo más clásico, las paredes se pueden revestir con friso de lama ancha de madera en acabado roble, wengué, cerezo o haya, mientras que los pintados en blanco marcan tendencia. Por otra parte, la melanina es resistente y no necesita mantenimiento. Las colecciones en este material ofrecen una amplia variedad de acabados: inspirados en madera, lacados, en colores “subidos de tono” y texturizados. En cuanto a los frisos de PVC se pueden colocar en cualquier espacio de la casa, siendo especialmente recomendables para zonas húmedas como la cocina y el baño, ya que no les afecta la humedad ni el calor. Disponibles en diferentes tamaños y colores.

Entre las novedades de Leroy Merlin para este año se encuentran también los frisos de madera+PVC, que aúnan ventajas de las dos tipologías y el modelo Concreto, un friso con acabado de cemento, ideal para decorar siguiendo el estilo industrial de los lofts. Además, otra de las novedades es “Click it to Wall”, un sistema para poder instalar los frisos o incluso para utilizar los suelos de madera como frisos, logrando así efectos decorativos curiosos, como si no hubiese fin entre la pared y el suelo.

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