Actualmente en la economía española distintos indicadores de actividad acusan el impacto de la incertidumbre, el efecto de las restricciones adoptadas para evitar una mayor propagación de la enfermedad y el agotamiento de algunas de las políticas públicas de demanda. Así, cabe suponer que la recuperación al inicio del 2021 ...
Actualmente en la economía española distintos indicadores de actividad acusan el impacto de la incertidumbre, el efecto de las restricciones adoptadas para evitar una mayor propagación de la enfermedad y el agotamiento de algunas de las políticas públicas de demanda. Así, cabe suponer que la recuperación al inicio del 2021 está siendo más lenta de lo previamente esperado. En todo caso, este año la economía podría mostrar un punto de inflexión y acelerar el ritmo de crecimiento, sobre todo en la segunda mitad. Esto, gracias al impacto positivo que pueda tener en la actividad el avance en el proceso de vacunación, la implementación de nuevas medidas de impulso fiscal y monetario y la elevada capacidad de producción que hay sin utilizar. Los riesgos a este escenario probablemente irán cambiando en importancia, pasando desde aquellos relacionados con la salud, a los de política económica.
Se espera una aceleración de la actividad económica en la segunda mitad de 2021, que llevaría a un crecimiento del PIB en 2022 del 7%. Una campaña de vacunación efectiva, rápida y masiva impulsaría la actividad cuando menos por dos vías. La primera sería la reducción de la incertidumbre sanitaria. La segunda, la flexibilización de las restricciones a la movilidad de trabajadores y familias, y la apertura de comercios en el sector servicios. Ambos factores serían claves para mejorar las perspectivas sobre el ingreso y la riqueza, y permitir que se realice el gasto que se ha visto bloqueado por miedo al contagio o por restricciones de oferta, lo que reduciría una parte importante del ahorro que se ha acumulado durante el período de crisis.
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