Con la irrupción del Covid-19, la economía mundial sufrió un duro revés, pero parece que tras ese período de parón productivo y laboral, comienza a vislumbrarse algo de luz al final del túnel y la economía comienza a reactivarse lentamente. El principal motor de esta recuperación ha sido la campaña de vacunación, que ha motivado el consumo y el crecimiento del PIB. El auge de las materias primas registrado recientemente, como es el caso del hierro, así lo demuestra. Es uno de los minerales más demandados a nivel mundial. Su precio se ha incrementado un 114%, por encima de los 160 euros por tonelada.

La industria maderera también ha visto incrementado el precio de su materia prima. Si a comienzos del año 2020, la tabla de 300m cotizaba a 330 euros, en mayo de este 2021, supera con creces la barrera hasta situarse por encima de los 1.300 euros, registrando un crecimiento desorbitado del 304%. El origen a este problema hay que buscarlo en la reactivación del sector de la vivienda en Estados Unidos, el cual ha incrementado la demanda por encima de la oferta, lo que ha provocado una subida en el precio.

Ante tal aumento de la demanda no existe personal humano suficiente para hacerle frente. De hecho, el número de empleados en los aserradores estadounidenses se ha desplomado un 30%. A esto hay que sumarle que existe una falta de inversión en los aserraderos, por lo que repercute negativamente en el precio, donde la subida en el valor de los inmuebles juega también en su contra.

A la subida de precios y la alta demanda de materias, hay que sumar un nuevo factor a la ecuación: el logístico. Las cadenas de suministro a nivel mundial han tenido que trabajar a marchas forzadas para ponerse al día, pero no está siendo fácil, puesto que hay elementos que faltan, es el caso de los microchips, los contenedores para transportar los bienes, las embarcaciones para las mercancías, etc.

Pero ante tal aumento de la demanda de materias primas como el tablero, el cobre, la espuma, los herrajes, la madera, entre otros, es posible que no exista suficiente para dar respuesta a la fabricación de productos, y, a su vez repercute en las ventas de sectores como la cocina y los cuartos de baño.

Este aumento en la demanda provocará problemas en el suministro del producto y por consecuente en el acabado y precio final. Por otra parte, los expertos temen que esta subida de precios se mantenga en el tiempo, siendo la economía la principal perjudicada.