Para Terraza Balear la cocina es el corazón palpitante del hogar. En ella transcurre gran parte de nuestra vida y es el punto de encuentro en el que confluyen los caminos de los diferentes miembros de la familia en distintos momentos del día.

En la cocina, además, conectamos con nosotros mismos, nos relajamos, damos alas a nuestra creatividad y nos expresamos a través de la comida

Para este espacio tan vital de nuestras vidas, el estudio balear propone espacios abiertos y vanguardistas, donde reina un lujo minimalista. El orden y el equilibrio son fundamentales, como lo es también una distribución inteligente que facilite el flujo entre las diferentes estaciones de la cocina.

Villa Bao.

Siempre que sea posible, la cocina y el comedor (¡e incluso el salón!) se funden en un espacio único, creando una sensación de continuidad. Cuando tenemos invitados, por ejemplo, poder seguir conversando con ellos, mientras damos el último toque a la receta o emplatamos, es un verdadero lujo: las conversaciones fluyen sin interrupciones, no nos perdemos nada y se genera una sensación de familiaridad y de intimidad que llena el encuentro de vida.

Proyecto San Luis.

Formas refinadas, materiales sofisticados
Las formas y las líneas refinadas, combinadas con una selección de materiales sofisticados, como el metal, la piedra y la madera natural, establecen el tono y el contraste adecuados sin sobrecargar el espacio.

Ocultar y mostrar en su justa medida
El equipo de interioristas de Terraza Balear es experto en crear ambientes atemporales y equilibrados, en los que todos los elementos encajan a la perfección: almacenamiento, exposición, aparatos y muebles.

Villa Bao.

Para generar esta sensación de equilibrio, juegan con la dicotomía "esconder y mostrar": ciertos elementos quedan ocultos para potenciar la línea estética, mientras otros se exponen, integrándose con el entorno y contribuyendo a crear una personalidad muy definida.

Para ello, es fundamental conocer a fondo la sensibilidad y las inquietudes de los propietarios. Escucharlos y captar su yo es el punto de partida que permite crear, para ellos, espacios más extrovertidos, donde los diferentes elementos se exponen sin complejos, o más intimistas, donde apenas nada queda a la vista.