Con solamente 65 m² y una planta marcadamente alargada, la reforma de esta vivienda ubicada en Manlleu (Barcelona) presentaba un reto funcional y estético que el estudio Júlia Brunet ha resuelto con ingenio, sensibilidad espacial y una coherencia cromática impecable. La vivienda consta de una zona de día con salón y ...
Con solamente 65 m² y una planta marcadamente alargada, la reforma de esta vivienda ubicada en Manlleu (Barcelona) presentaba un reto funcional y estético que el estudio Júlia Brunet ha resuelto con ingenio, sensibilidad espacial y una coherencia cromática impecable.
La vivienda consta de una zona de día con salón y comedor-cocina integrados, un dormitorio y un baño.
Además de una cuidada selección de piezas icónicas de diseño, una de las claves del proyecto ha sido la optimización de la luz natural: un sistema de puertas a medida con aperturas superiores permite que la claridad fluya desde las ventanas hacia el corazón de la vivienda, iluminando incluso el pasillo central. Esta estrategia transforma una distribución compleja en un recorrido fluido y luminoso.
Ladrillo visto y mobiliario a medida
Un arco de medio punto conecta y enmarca la transición hacia la cocina abierta al salón. En esta zona de día se han conservado elementos originales de la arquitectura del edificio, como la pared de ladrillo visto y las vigas de acero en el techo, que aportan un marcado carácter industrial, matizado por la calidez del mobiliario, en buena parte diseñado a medida. Un aparador hecho a medida recorre toda la estancia, uniendo la cocina y el salón de manera orgánica.
Cocina abierta con isla-comedor
El mobiliario lacado en tonos neutros de la cocina, diseñado por el estudio Júlia Brunet, aporta gran calidez a la zona de día. Se ha combinado con la encimera Khalo de Dekton, cuyo brillante cromatismo se convierte en un elemento decorativo más. Los módulos altos se han empotrado para dar protagonismo a la isla-comedor central.
Para optimizar al máximo el espacio, se ha optado por una isla de cocina con comedor integrado. La zona de cocción se ha diseñado con una altura estándar y cuenta con taburetes altos (modelo CH48 de Carl Hansen tapizados en piel) para desayunos informales; mientras que la mesa de comedor - también diseñada a medida por el estudio Júlia Brunet- queda a una altura más rebajada, para ofrecer una mayor comodidad al sentarse a comer o a cenar (sillas Kol de Treku).
El salón: una selección exquisita de piezas icónicas de diseño
Para el salón, estudio Júlia Brunet ha seleccionado una exquisita colección de piezas de mobiliario de diseño, de gran calidad y calidez. El sofá de lino (Atemporal), la icónica butaca años 70 Bambola (B&B Italia) y las mesitas ligeras de Ethnicraft se completan con la lámpara -fabricada con papel washi, parcialmente pintado, y estructura de bambú y patas de cable de acero- Akari 10A de Vitra y la lámpara de sobremesa Moragas, una pieza diseñada en 1957 en madera maciza y pantalla de cinta de algodón blanco de Santa & Cole. En su conjunto, cada elemento contribuye a generar un ambiente envolvente y sereno.
Dormitorio simple con notas de color y diseño
En el dormitorio principal, con la simplicidad de líneas y volúmenes como rasgos principales, los armarios lacados del mismo color que las paredes permiten maximizar el espacio visual.
Los toques de color de la estancia los encontramos en el cabecero, tapizado en tonos suaves con acentos magenta, y en la mesita de tres patas cilíndricas Tung de &Tradition, que se complementa con la ligereza del diseño en vidrio de la lámpara de sobremesa Fragile (Marset).
Un lenguaje cromático sereno y conectado
A nivel cromático, el proyecto se define por una base neutra -tonos piedra en techos, armarios y paredes- realzada con toques de verde en carpinterías y elementos puntuales, generando un equilibrio que aporta carácter sin saturar el espacio
.
El suelo continuo de parquet unifica todos los espacios de la vivienda, mientras que para el baño se ha optado por un terrazo en tonos verdes que combina con las baldosas esmaltadas 10x10 verdes y blancas de las paredes. Estas últimas -en blanco- también se han usado para el frontal de la cocina, manteniendo una línea coherente en todo el proyecto.
En el baño, realizado con una encimera en obra y un lavamanos sobre encimera, se ha dispuesto un espejo de pared a pared que aporta luz, profundidad visual y sensación de altura, ya que se prolonga hasta el techo.
"Nuestro objetivo con este proyecto era convertir un piso con una distribución complicada en un hogar cálido, funcional y lleno de luz. Apostamos por una paleta coherente y materiales honestos para crear una atmósfera serena, donde cada detalle tiene un sentido y todo fluye de forma natural", afirma Mireia Torruella, responsable y fundadora del estudio Júlia Brunet.
En definitiva, este nuevo trabajo de Júlia Brunet demuestra una vez más la capacidad del estudio para crear viviendas funcionales y acogedoras, donde cada decisión responde tanto a la lógica del espacio como a una cuidada sensibilidad estética y gusto por el diseño.
Imágenes: Oriol Gómez