El cluttercore, cuando el desorden intencionado marca las reglas del juego
Como bien apuntan desde Leroy Merlin, no se trata de desperdigar los objetos decorativos por la estancia, sino que tiene que existir cierta coherencia estilística basándonos en una temática o en un tipo de distribución. Se deben incluir elementos personales, ya sea una fotografía, un recuerdo o una pieza con un valor sentimental incalculable.
El minimalismo deja paso a una nueva forma de decorar: el cluttercore. Una tendencia que celebra los espacios llenos de objetos con significado, donde el desorden es intencionado y el estilo, profundamente personal. El cluttercore -o "desorden con intención"- es una estética que abraza lo emocional y lo personal. A diferencia del ...
El minimalismo deja paso a una nueva forma de decorar: el cluttercore.
Una tendencia que celebra los espacios llenos de objetos con significado, donde el desorden es intencionado y el estilo, profundamente personal.
El cluttercore -o "desorden con intención"- es una estética que abraza lo emocional y lo personal. A diferencia del orden estricto del minimalismo, aquí se apuesta por mostrar objetos que tienen valor sentimental: recuerdos, piezas vintage, libros, fotografías, cuadros, láminas, plantas… todo cabe, siempre que tenga un motivo para estar.
El truco, según explican en Leroy Merlin, está en lograr un equilibrio visual dentro del aparente caos: un espacio lleno, pero armónico. No se trata de acumular por acumular, sino de crear una narrativa visual con los objetos que forman parte de tu historia.
¿Cómo aplicarlo en el hogar?
Aunque parezca espontáneo, también tiene sus reglas:
1. Define una paleta base: elige uno o dos colores predominantes que unifiquen visualmente el espacio, aunque esté lleno de elementos distintos.
2. Establece una temática personal: música, viajes, naturaleza, arte… tener una línea temática ayuda a dar coherencia al conjunto.
3. Juega con la disposición y combina: agrupa objetos por tipo, color o función. Además, combina texturas y materiales: madera, metal, textiles, cerámica... Mezclarlos enriquece la sensación visual.
4. Incorpora piezas personales: desde una foto de infancia hasta una figura heredada o un recuerdo de un viaje, todo aquello que cuente tu historia suma.
Decora sin reglas (pero con mucho gusto)
