No cabe duda de que el estilo decorativo que ha reinado durante los últimos años ha sido el minimalismo: espacios con colores neutros, muebles de líneas limpias y la huida de la acumulación de objetos para crear espacios serenos y despejados. Simplicidad, orden y funcionalidad. Y como siempre ha ocurrido, ...
No cabe duda de que el estilo decorativo que ha reinado durante los últimos años ha sido el minimalismo: espacios con colores neutros, muebles de líneas limpias y la huida de la acumulación de objetos para crear espacios serenos y despejados. Simplicidad, orden y funcionalidad. Y como siempre ha ocurrido, cuando un estilo ha marcado una época, nace otro en respuesta.
En el polo opuesto, el maximalismo emerge como una poderosa tendencia que rompe esquemas y celebra la expresión personal sin límites. Este movimiento se caracteriza por su atrevido uso del color, texturas, patrones y elementos decorativos en abundancia. En definitiva: el "más es más".
Pero pasar de un estilo a otro puede ser abrumador. CIN Valentine, empresa especializada en la creación y venta de pinturas y barnices, muestra cómo equilibrar el maximalismo sin caer en el caos.
La esencia del maximalismo radica en no temer a la abundancia visual, siempre y cuando exista una coherencia estética que armonice cada elemento. El color, así, juega un papel fundamental, ya que su uso puede llenar de personalidad, historia y creatividad cada espacio, funcionando a la vez de hilo conductor.
La premisa es sencilla: introducir tonalidades vibrantes y audaces para generar espacios dinámicos, llenos de energía y vida. Azules eléctricos, verdes joya, rosas chicle o amarillos intensos… No hay límite.
El uso de verdes intensos es toda una declaración de intenciones, una manera de darle un toque natural a tu hogar. Verde Primavera #E570, Verde Medio #0119 o Verde Saúco #E573 son ejemplos claros de formas distintas de interpretar la misma intención gracias a su variación de intensidades.
Los naranjas, rojos y amarillos, además de combinar a la perfección entre sí, son tonalidades vibrantes y llenas de vida. Los colores como Mandarina #E085, Rojo #0114 o Botón de Oro #E258, junto a una buena iluminación, son los aliados perfectos para llevar la calidez del sol a cualquier estancia.
La solidez y profundidad de los azules como Azul Spa #E344, Azul Neptuno #E398 o Azul Odisea #E311 permiten que la decoración nunca pase de moda. Tonos frescos y esenciales, pero clásicos a la vez.
Los rosas y lilas, dentro de endulzar espacios, no tienen por qué ser un cliché y usarlos únicamente en estancias femeninas. Rosa Dulce #4144, Rosa Chispa #E133 y Lila Borboleta #E321 llenarán cualquier hogar de alegría, bienestar y delicadeza. ¿Y cómo combinar esta paleta para evitar la sobrecarga en la decoración del hogar?
La clave está en usar una base unificadora que ayude a cohesionar visualmente el ambiente. No se trata de usar tonos neutros como 'fondo', sino escoger una paleta de colores (pueden ser tonalidades rosas, por ejemplo) que se repita de alguna manera en los diferentes elementos: paredes, textiles, muebles…
De la misma manera, los patrones también pueden ayudar a unificar visualmente el espacio. El uso de estampados o papeles pintados con diseños diferentes, pero que compartan colores similares o complementarios es todo un acierto. También es importante crear puntos focales únicos con elementos y piezas llamativas o bien jugar con la iluminación para conseguir esos espacios destacados.
En definitiva, la paleta cromática del maximalismo busca generar impacto y evocar emociones fuertes. Una manera de invitar a cualquiera a crear espacios que reflejen sus gustos, experiencias y personalidad, utilizando el color como una herramienta para expresarse. ¿Estás listo para darle un nuevo aspecto a tu hogar?