El slow living es más que una tendencia decorativa: Es una filosofía de vida que invita a desacelerar y disfrutar del presente. En el hogar, se traduce en espacios que transmiten equilibrio, serenidad y bienestar. LEROY MERLIN presenta cinco claves para aplicar el slow living y convertir tu casa en ...
El slow living es más que una tendencia decorativa: Es una filosofía de vida que invita a desacelerar y disfrutar del presente. En el hogar, se traduce en espacios que transmiten equilibrio, serenidad y bienestar. LEROY MERLIN presenta cinco claves para aplicar el slow living y convertir tu casa en un refugio de paz.
1. Menos es más
En un hogar slow, seleccionar lo esencial es fundamental. No se trata de vivir con lo mínimo, sino de rodearse solo de lo que aporta valor y confort.
Muebles prácticos y duraderos, junto con objetos que tengan significado, crean ambientes libres de sobrecarga visual.
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2. Materiales naturales
La madera, el lino, el algodón o la cerámica aportan calidez, autenticidad y durabilidad.
Estos materiales envejecen con elegancia y conectan el hogar con la naturaleza, haciendo que cada espacio sea acogedor y agradable al tacto y a la vista.
3. Luz natural como protagonista
La luz transforma los espacios. Grandes ventanas, cortinas ligeras y colores claros potencian la entrada de luz natural, creando ambientes amplios y relajantes.
Por la noche, la iluminación cálida y regulable ayuda a mantener la atmósfera de calma.
¿Quieres llevar tu lámpara a cualquier lugar sin enchufe? LEROY MERLIN te cuenta cómo.
4. Texturas y colores relajantes
Tonos neutros y suaves como blancos, beiges, marrones o verdes claros reducen la estimulación visual.
Combinar texturas diferentes - como alfombras de yute, cortinas de lino o pufs de terciopelo - aporta profundidad y confort, invitando a disfrutar cada espacio con toda comodidad.
5. Espacios libres de tecnología
Crear zonas donde desconectar de dispositivos permite centrarse en uno mismo y en el entorno.
Un rincón de lectura con una butaca cómoda y buena iluminación, un pequeño jardín con plantas que aporten frescura y vida, o un área de meditación con cojines y elementos naturales, son espacios que fomentan la tranquilidad.