El blanco siempre ha sido sinónimo de elegancia. Es, además, a nivel general, una carta segura cuando se busca transmitir neutralidad y frescura. Se adapta con facilidad a cualquier estilo, por lo que se considera que puede combinar con todo. En el diseño de cocinas, la elección del blanco ha ocupado ...
El blanco siempre ha sido sinónimo de elegancia. Es, además, a nivel general, una carta segura cuando se busca transmitir neutralidad y frescura. Se adapta con facilidad a cualquier estilo, por lo que se considera que puede combinar con todo.
En el diseño de cocinas, la elección del blanco ha ocupado protagonismo no solo por su valor estético, sino por factores funcionales como la percepción de amplitud que aporta, particularmente cuando se trata de estancias de pocos metros cuadrados; la sensación de limpieza e higiene que transmite, sobre todo cuando la cocina es abierta al salón; y la certeza de elegir un color atemporal que no entrará en conflicto con las tendencias.
Sin embargo, no cabe duda de que durante los últimos años estamos asistiendo a la transformación de la cocina como uno de los espacios con más personalidad del hogar, y el uso del color evoluciona en la misma dirección. El blanco ha pasado de ser imprescindible a ser solo una opción.
La cocina ahora tiene una nueva perspectiva: emerge como un gran espacio para la socialización, en el que se comparte y disfruta. Es producto de un trabajo creativo en el que han intervenido decisiones estéticas, funcionales y emocionales. Y la creatividad en la elección del color es uno de los aspectos que permite crear esa atmósfera.
La transición del color
De acuerdo con las tendencias de la última década, la paleta de color en el diseño de cocinas ha evolucionado desde los blancos puros y los grises fríos hacia gamas más cálidas y acogedoras. Los tonos crema, beige y tierra han ganado relevancia, acompañados por una introducción sutil del color a través de matices como el verde salvia o los azules profundos, que se popularizaron durante varias temporadas.
En 2025 nos hemos encontrado con mayor oportunidad para la libertad creativa, a través de la creación de contrastes fuertes con la incorporación de colores dominantes y, por supuesto, menos supremacía del blanco puro.
"Lo que es indiscutible en 2025, y así será por mucho tiempo seguramente, es que está desapareciendo el blanco puro en la cocina y ahora ha evolucionado a colores como el "greige", el topo o los tonos arena. Son colores muy neutros que buscan poder encajar con facilidad con el comedor y el salón, logrando un conjunto en tonos neutros y equilibrados, e inspirado en espacios más mediterráneos", opina Miguel Gómez, CEO de Formas Cocinas.
El comentario del director de uno de los principales estudios de diseño de cocinas en Murcia y Alicante está ligado a la tendencia creciente de apertura de la cocina hacia el salón que ha conquistado el interiorismo. "El haber asentado a la cocina como un espacio social y abierto es la gran tendencia de 2025. Y a partir de ella, se están adaptando todos los elementos que la componen, es decir, los electrodomésticos, los accesorios, la iluminación o el color. Cada vez estamos viendo más cocinas que se suman a esta línea en la que hay interés en armonizar los colores y, además, en combinar con acabados en madera o complementos más orgánicos".
Un 2026 de colores profundos
El color Pantone del año 2025 es el Mocha Mousse, una suave tonalidad marrón que evoca el color del cacao, el café y la tierra. Inspira bienestar, sutil elegancia y buen gusto. Para 2026, las tendencias se inclinan hacia tonalidades arriesgadas, que afianzan el proceso de cambio creativo que atraviesa el sector del diseño de cocinas. Aunque Pantone todavía no ha anunciado el color del año, ya comienzan a perfilarse las tonalidades que podrían conquistar 2026.
Otros expertos en tendencias y color, como WGSN y Coloro, han posicionado al Transformative Teal, o verde azulado transformador, como el color del que se hablará en 2026. Lo describen como una fusión fluida entre el azul oscuro y el verde acuático. Según los especialistas, transmite calma y regeneración. Por su parte, la influyente firma de pinturas Glidden apunta al caoba cálido o Warm Mahogany. Es un rojo tierra intenso, tan audaz que capta la atención al instante y, al mismo tiempo, lo suficientemente sobrio como para transmitir una presencia atemporal.
"De cara a 2026 se nota que empezaremos a incorporar colores más otoñales y a ver colores tipo terracota, burdeos, incluso tonalidades verdes, pero con mayor profundidad. En definitiva, mucho más juego con el color, siempre priorizando el acabado mate", advierte, por su parte, Miguel Gómez.
Sin embargo, Miguel Gómez es claro en señalar que la adaptación será progresiva. "No vamos a ver estos colores en todas las cocinas, sino en las de quienes ya empiecen a hartarse de las tendencias actuales y sean capaces de probar cosas nuevas, sintiéndose cómodos y totalmente identificados con la propuesta de color. El error más grande que puedes cometer es intentar replicar una tendencia que te está gustando, pero muy conservadoramente. Eso es quedarse a mitad de camino entre lo que pudo ser".