IMCB nº132

46 instalación y montaje en cocinas y baños P R O Y E C T O Tres cuartos de baño abiertos a la luz y el paisaje Los habitantes de la Casa Mirador son una joven pareja de médicos y su hija pequeña. Encargaron el proyecto de arquitectura y diseño interior al equipo murciano de Clavel Arquitectos, formado por Manuel Clavel Rojo y Luis Clavel Sainz, que lograron ejecutarlo en 18 meses con su eficiente equipo de proyecto: Ricardo Carcelén González, David Gil Delgado, Robin Harloff, Ginés Sabater Arnaldos y David Hernández Conesa. La vivienda se encuentra en Cocentaina, Alicante, y tiene una superficie de 183,71 m2 y conceptos inicialmente tan abstractos como transparencia, hormigón, pureza, agua, salvaje, vegetal, entre otros, supusieron el punto de partida de este proyecto residencial. Lo primero que tuvieron que plantearse fue un complejo emplazamiento con un acusado desnivel, que suponía también la ventaja de unas privilegiadas vistas hacia el Parque natural del Carrascal de la Fuente Roja, hasta ahí la parrilla de salida. La presencia de edificaciones preexistentes en las parcelas vecinas, y con ellas el riesgo de ver mermado el potencial de las vistas disponibles desde el emplazamiento, determinaron una de las principales estrategias del proyecto: la creación de una espina dorsal que vertebra el recorrido de acceso hacia la vivienda y permite, con ello, introducir el espacio habitable hasta el mismísimo corazón de la parcela, salvando cualquier obstáculo entre el usuario que lo habita y las vistas lejanas hacia el horizonte. La espina, construida a base de pliegos en hormigón visto, se concibe casi como un espacio público previo al acceso a la vivienda, donde se suceden una suerte de escenarios más propios de otra escala de orden superior a la doméstica: graderíos, plazas en sombra y miradores. Al final de ese elemento lineal, apoyada sobre el mismo, descansa la Casa Mirador. Una vivienda con un programa conciso, sin pretensiones, donde la calidez de los acabados interiores con la madera como protagonista mitiga la buscada crudeza del hormigón exterior, y eso es precisamente lo que encontramos en los cuartos de baño. Zonas de día y de noche, y agua Siguiendo las pautas clásicas de la arquitectura funcional, los espacios se organizan en zona de día, con un espacio fluido donde se articulan salón, cocina y comedor, y zona de noche, con el dormitorio principal y un cuarto de baño con vistas. Entre ellos, el agua de la piscina pasante, atravesando la vivienda, se convierte en el recurso arquitectónico que divide ambas zonas.

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