IMCB nº140

70 ESPECIAL BAÑOS De su formación en Bellas Artes le viene “mi visión tan poética del trabajo que desarrollo, ya que es una formación con una base muy teórica que implica el cuestionamiento del ser humano. Es una manera más profunda de estudiarlo”, comenta. Y aplicado al ámbito del interiorismo, estos conocimientos le sirven para cuestionarse quién va a vivir en la casa que está proyectando, es decir, “me aportan las claves sobre qué voy a hacer”. La suma de toda esta formación y teorización es la que lleva a Labrador a tener una manera muy particular de ver las cosas. Y aplicándolo al terreno de los baños, su valoración de estos espacios es que “tienen que ver muchísimo con el interior de nuestro ser, con la parte más psicológica, con la experiencia vivida. Un espacio que representa la parte de la casa más íntima y donde más relajados podemos estar”. Ella considera que pasamos en el baño más tiempo del que pensamos, siendo un espacio muy personal “que no solemos compartir con nadie, como si se tratase de un espacio donde no hay ni trampa ni cartón”. Y de ahí que justi que que sea una estancia donde “podemos tener nuestras mejores joyas en cuanto a estética, gustos personales y maneras de mirar nuestra propia vida”. Y es en ese contexto donde tiene tanto que ver la obra de arte -ya sea pintura, fotografía, escultura...- “o una pieza que nos recuerde a algo vivido”. La importancia de los detalles Cuando la diseñadora, artista e interiorista madrileña tiene ante sí el proyecto de una vivienda y, más concretamente, cuando debe plani car el baño, tiene muy en cuenta el per l del usuario, “ya que va a determinar la estética y la funcionalidad, pues se trata de un espacio en el que necesitamos sentirnos cómodos, más que otras estancias de la casa”. Ese espacio que, según ella, conoce nuestros secretos más íntimos, lo trabaja como si de una terapia psicológica se tratase, procurando que ofrezca la capacidad de poderse relajar, “porque cuando estamos relajados, podemos percibir hasta el mínimo detalle”. Y dentro de esos detalles estarían todos los elementos que conforman el baño, como las “El perfil del usuario va a determinar la estética y la funcionalidad, al tratarse de un espacio en el que necesitamos sentirnos cómodos” griferías, que las considera importantes “por su papel como broche nal”. También valora mucho los textiles, porque aportan la gama de color elegida, incluyendo el lenguaje que deseamos obtener en este espacio. Y hablando de colores, los saturados los recomienda en los aseos de cortesía, ya que aportan mayor personalidad y estilo, teniendo en cuenta que son espacios muy pequeños y monótonos, de ahí que “el color tendrá un mayor signi cado”. Los papeles pintados también juegan un rol fundamental, “combinándolos con frisos en laca de colores que aportan un estilo muy ‘british’ al baño”, recomienda. ¿Por qué colocar obras de arte en el baño? Retomando el hilo conductor ligado a su particular visión del interiorismo, donde el arte tiene tanta importancia, es en los baños donde Marta Labrador tiene clarísima su presencia. Al relacionarlo con esa parte más psicológica del ser humano, de los recuerdos y lo que nos hacen sentir las experiencias vividas, “es ideal tener una obra de arte en el baño o una pieza que tenga un gran signi cado para nosotros, que determine algún momento importante, como un viaje”. Lo justi - ca con que “no solo pasamos mucho tiempo en el baño, sino que, además, es un tiempo de calidad”. Los libros también pueden ser un aporte fundamental, así como una fotografía, “que nos permite disfrutar como meros observadores”. Labrador también valora determinadas rmas de productos, propios o susceptibles de colocarse en un baño, que ofrecen un diseño escultural, de líneas tan cuidadas y decorativas que perfectamente pueden considerarse como piezas de arte. En este sentido, su última a rmación no puede ser otra que esta: “El baño es un espacio muy nuestro, y no se me ocurre mejor lugar para observar una obra de arte”. ¿Cómo es el baño ideal de Marta Labrador? “Mi baño ideal sería un espacio lleno de piezas que nos recuerden a tiempos pasados o experiencias vividas, ya sean fotografías, pinturas, esculturas o cualquier objeto que nos haga conectar con esa parte más íntima de nuestro ser, aportando con ello un elemento de ayuda a la desconexión del día a día”, confiesa la diseñadora, artista e interiorista madrileña. Marta Labrador ©Alejandro Cayetano

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