61 2023 2022 2021 2020 18 18 15 17 MERCADO INTERIOR APARENTE MILLONES DE EUROS cesario que el toallero pase desapercibido en el conjunto de todo el mobiliario y puede revestirse de azul, terracota, negro mate, oro, amarillo, verde, blanco... Las opciones son infinitas. Quizás donde más se da lugar a la experimentación es en los toalleros eléctricos, que llegan a parecen piezas de coleccionista por la composición que forman y las tonalidades que proponen. Sus funciones principales son: ofrecer un sitio para colgar la toalla y mantenerla caliente, y algunos modelos sirven como lugar de almacenaje. A mayores de todo esto decoran, estilizan y crean ambiente distribuyéndose en horizontal, vertical, en forma tubular, lisa o dejándose llevar por la geometría. Exhiben una paleta cromática más atrevida, que va desde los tonos pastel a los más vibrantes. Además, estos aparatos suelen ser de bajo consumo, están fabricados con materiales reciclados y, para su funcionamiento, requieren una conexión eléctrica. Según el modelo seleccionado es posible que pueda venir acompañado de un termostato digital con o sin pantalla LCD incorporada desde el que programar el encendido, regular la temperatura, decantarse por uno de los programas preestablecidos, etc. Equilibrio sostenido El mercado interior aparente de los toalleros de baño se mantiene en el periodo comprendido entre 2022-2023 en los 18 millones de euros después de haber estado sometido a una oleada de ascensos continuados. Cabe destacar que del año 2021 al 2022, el sector incrementó su valor un 6 % y desde entonces no ha sufrido variación. Aunque esto no ha detenido a los fabricantes para seguir innovando y lanzando nuevos productos atractivos para el consumidor, puesto que esta pieza continúa siendo asequible. La presencia del toallero en el cuarto de baño es indiscutible debido a su practicidad. Y, al existir tanta variedad de formatos, acabados y materiales, será casi imposible no dar con el que mejor se adapte a la estancia. Cuando necesitamos un cambio en esta parte de la casa y no queremos que la inversión se nos vaya de las manos, lo más fácil es decantarse por renovar los complementos, siendo los toalleros uno de ellos. Los de tipo adhesivo se muestran como una opción recurrente porque, además de ser resistentes, no hace falta agujerear la pared para instalarlos, así que en caso de que no nos guste el resultado siempre podremos volver atrás. Si el habitáculo es reducido y no hay sitio para meter nada más, la solución pasaría por reservar uno de los laterales del mueble del lavabo para colocar uno de barra, optar por aquel que se acopla al frontal u decidirse por el que se fija a la encimera o va debajo de ella. Algunos fabricantes ofrecen una encimera que ya nos trae el problema resuelto, ya que el toallero viene integrado en su frente. En otras ocasiones nos puede interesar que el baño cuente con más de un colgador si las dimensiones lo permiten. De este modo, la zona del lavabo contaría con el suyo propio, la de ducha reservaría un lugar para lucir un toallero en la mampara y, en caso de disponer de una bañera exenta, el de pie le iría como anillo al dedo. Para un aire más minimalista, los de botón o los de gancho serían ideales porque apenas ocupan espacio. Lo sostenible también está de moda y ya es bastante común ver toalleros de bambú en forma de escalera, de pie y con barras a diferentes niveles o con una repisa en su base en la que, además de colgar las toallas, se pueden almacenar las que estén limpias. Los de estantería o repisa añadida son muy útiles al poder disponer de otros útiles de higiene a golpe de vista. Aunque el material más repetido es el acero, para un toque más industrial o salirse un poco de la norma, se elige el de hormigón por su presencia, resistencia y durabilidad. Va anclado a la pared con soportes de hierro, se coloca próximo al lavabo y contiene una repisa que puede aprovecharse para colocar los productos del aseo personal. En los de columna, aprovechando la vertical de la pared, las toallas aparecen guardadas en forma de rollo esperando a ser utilizadas, convirtiéndose también en una alternativa factible al poder tener siempre repuesto. Existen referencias que añaden uno o más de un gancho en su parte final para colgar una esponja o una toalla. Sin embargo, no es neSi el espacio es reducido, una buena opción es reservar uno de los laterales del mueble del lavabo para colocar un toallero de barra
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