57 Las consideraciones sobre el baño del interiorista Antonio Calzado, con estudio propio homónimo en Sevilla desde 2009, merecen la pena ser destacadas. Pensando en el cliente y partiendo de su particular definición del baño como “verdadero refugio personal”, opina que su diseño debe centrarse en las necesidades del usuario, adaptando la distribución y las soluciones a medida, “siempre pensando en cómo cada detalle puede mejorar la experiencia diaria. La funcionalidad ya no es solo cumplir con una necesidad, sino hacerlo de una manera que se sienta personal y única”. Y, pensando como interiorista, considera el baño como un lugar de autocuidado y tranquilidad. “Me encanta crear espacios donde la luz cálida, los materiales nobles y resistentes, como la madera o la piedra, se combinan con texturas naturales para aportar esa sensación de calma y confort”, comenta. En definitiva, para Calzado, el baño ha dejado de ser un simple lugar funcional para convertirse en un espacio clave dentro del hogar, donde diseño y bienestar se unen para crear un ambiente que realmente aporte valor y armonía a la vida diaria. Siguiendo esta idea, el interiorista no considera los baños como espacios secundarios, sino al contrario: “Son áreas clave que deben estar en armonía estética y funcionalmente con el resto de la casa”, hablando el mismo lenguaje, con coherencia en los materiales, la paleta cromática y el estilo, algo que requiere atención al detalle desde el primer momento del proyecto para asegurar que el baño no se quede atrás en términos de diseño.”Para mí, un baño bien diseñado tiene la misma importancia que la cocina o una zona de descanso, ya que influye directamente en la rutina diaria y en la experiencia que el usuario tiene en su propio hogar”, reflexiona. El cliente tiene claro lo que quiere para su baño Retomando la posición del cliente, el interiorista sevillano reconoce que, hoy en día, éste tiene muy claro que el baño debe ser mucho más que un simple espacio funcional, y lo que realmente busca es un lugar donde poder sentirse cómodo, relajado y cuidado, un espacio que refleje su propio estilo personal. Por ello, “la sensación de calma es clave, por lo que la iluminación suave, los materiales naturales y una atmósfera relajante son siempre prioridades en mis proyectos de baños”. Yendo un poco más al detalle, comenta que el cliente aprecia más el diseño minimalista, con muebles que oculten el almacenaje para mantener el espacio ordenado y despejado. También quiere que sea claro, amplio y funcional, pero sin sobrecargarse con demasiados elementos, de ahí que la “Lo que más valoro en un proveedor es su capacidad para entender las necesidades de los interioristas” estética juegue un papel fundamental al buscar acabados elegantes y contemporáneos que armonicen con el resto de la casa. “Para los clientes, la coherencia estética es esencial; el baño no debe sentirse aislado, sino ser una extensión natural de la identidad de su hogar”, afirma. A veces sucede que las dimensiones del baño limitan las posibilidades que, de entrada, le cuesta ver al cliente a la hora de conjugar estética y funcionalidad, pero Calzado lo tiene claro: “La clave está en diseñar con intención y precisión, adaptando cada elemento al espacio real sin sacrificar ni la belleza ni el confort”. Cuando se trata de espacios reducidos, el interiorista siempre busca soluciones que permitan aprovechar cada centímetro de manera inteligente, creyendo firmemente en el mantra de ‘menos es más’, pero siempre con personalidad. En estos casos, el mobiliario suspendido, la grifería empotrada y los sanitarios de fondo reducido son sus aliados y, para ampliar visualmente el espacio sin sobrecargarlo, recurre a paletas claras, acabados continuos y espejos grandes que reflejen la luz ¿Cómo es el baño ideal para Antonio Calzado? Mi baño ideal es, ante todo, un refugio personal, un lugar donde el diseño y la calma conviven para transformar lo cotidiano en un pequeño ritual de bienestar. Lo imagino como un espacio amplio y luminoso, con luz natural que entra suavemente a través de grandes ventanales, y una iluminación cálida y regulable, pensada para acompañar distintos momentos del día. La zona de ducha tendría un claro enfoque tipo spa, generosa en dimensiones, con rociador efecto lluvia, opción de cascada y vapor. Me gusta integrarla sin barreras visuales, como una extensión natural del espacio y, si éste lo permite, incluiría una bañera exenta escultórica, ubicada frente a una ventana o rodeada de vegetación, para potenciar esa sensación de desconexión total. En cuanto a los materiales, no tengo duda: definitivamente los que aportan calidez, textura y atemporalidad. Usaría piedra natural en tonos suaves para el lavabo doble, integrado en un mueble suspendido de roble natural, con un pavimento de terracota artesanal que aporte carácter y un toque orgánico. La grifería sería empotrada en latón cepillado, y un gran espejo a medida completaría la atmósfera. Todo debe invitar al tacto y a la pausa, generando una sensación envolvente y serena. Y, por supuesto, no puede faltar un toque personal: textiles naturales, aromas suaves, alguna pieza de arte o elemento decorativo que le dé identidad. En definitiva, mi baño ideal es una fusión entre lo arquitectónico y lo emocional: natural, elegante, sin artificios y profundamente conectado con el bienestar diario. Antonio Calzado ©Yuichi Kimura
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