61 En la edición 2024 de Casa Decor, Raquel Chamorro se alzó con el Premio del Público. Este año, ha vuelto a repetir ubicación exterior y partner, de la mano de Xaza Outdoor, convirtiendo el antiguo patio de servicio de respiradores del edificio madrileño en un auténtico refugio palaciego que funde el estilo neoclásico con la alta tecnología en iluminación, sonido y calor, creando diferentes ambientes a cuál más inspiracional. Y uno de los productos utilizados en la zona del espacio de bienestar y baño, el radiador-toallero Jay de Instamat, ha conseguido el Premio al Mejor Diseño de Producto Integrado de Casa Decor 2025. Hablando de baños, todos los estudios de interiorismo coinciden en que ha ganado una importancia fundamental en la vivienda porque ya no se concibe únicamente como una estancia funcional, sino como un verdadero espacio de bienestar integral. Según la interiorista Raquel Chamorro, hoy en día, “el baño se proyecta como una especie de spa doméstico, donde se prioriza tanto el confort físico como el equilibrio emocional. En nuestro estudio lo tratamos como un lugar de ritual, de pausa, de cuidado personal, alineado con esa nueva forma de vivir la casa como un santuario”, explica. Además, los avances tecnológicos y las innovaciones en diseño son fundamentales para Raquel Chamorro Estudio, y en las casas donde el presupuesto lo permite, colocan sistemas de domótica que controlan la temperatura del suelo, la iluminación y la música ambiental. También es posible contar con duchas inteligentes que regulan presión, vapor y cromoterapia, sanitarios con funciones de lavado y secado automático, y espejos con antiniebla y asistentes virtuales. “Por eso, el baño lo concibo como una estancia emocionalmente inteligente, no solo tecnológicamente inteligente. Realmente, para todos se ha convertido en uno de los espacios principales de la casa, donde te cuidas y te renuevas el ‘poco tiempo disponible’ que tenemos”, comenta la interiorista. Buen diseño invisible en todos los tipos de baños Aunque también, como la mayoría de estudios, Raquel Chamorro opina que el diseño del baño debe estar en armonía con el resto de las estancias de la casa, añade un “pero sin perder su identidad. Porque muchas veces, el baño se convierte en un espacio donde se permite cierta licencia creativa, precisamente porque es un lugar íntimo y personal”. Eso sí, cuidan mucho las transiciones, es decir, si la vivienda tiene un estilo orgánico, el baño no puede presentarse como una caja estéril y técnica. Sucede que, en una vivienda, puede haber distintas tipologías de baños -de cortesía, infantil/juvenil, en suite en el dormitorio principal, etc.-, y aunque cada uno de ellos res- “La iluminación y los revestimientos son clave en los proyectos del estudio, ya que definen la atmósfera del espacio” ponde a necesidades distintas, “todos deben ofrecer confort, fluidez de uso y un diseño inteligente. Eso implica una distribución ergonómica, buena ventilación, materiales fáciles de limpiar y una iluminación bien pensada”. Cada uno estos tipos de baño tiene su personalidad y objetivos distintos, pero, “en el fondo, todos los baños deben transmitir esa sensación de ‘buen diseño invisible’, es decir, todo está pensado para hacer la vida más fácil y bella. Y al margen de estas consideraciones, cada baño es un mundo y nunca repetimos diseño, pero sí comparten funcionalidad y tecnología”, comenta la interiorista. Los accesorios, el broche final del baño Si entramos en materia de elementos concretos que conforman el baño, la iluminación y los revestimientos son clave en los proyectos del estudio, “ya que definen la atmósfera del espacio”. La iluminación, bien diseñada, considera Chamorro que puede transformar por completo un baño sin necesidad de cambiar los materiales, apostando por sistemas regulables, con temperatura de color ajustable (blanco cálido a neutro) y sensores de presencia para lograr eficiencia energética y confort (especial- ¿Cómo es el baño ideal de Raquel Chamorro? El baño ideal para mí es un templo sensorial, un lugar donde el diseño, la tecnología y la emoción conviven en armonía. Imagino un espacio amplio pero contenido, con techos altos, luz natural cenital (quizá mediante lucernarios o una claraboya; concretamente la que imita el movimiento solar, la luna, las estrellas, en ese momento preciso y en ese lugar) y revestimientos envolventes de piedra caliza o mármol travertino apomazado. La grifería sería de diseño escultórico, empotrada, en un acabado latón antiguo o bronce cepillado, negro o níquel, evitando cromado brillo; el cobre mate es sofisticado y exquisito. Incluiría una bañera exenta con vistas o, al menos, con un patio inglés, una ducha de efecto lluvia con cromoterapia, bancos integrados, nichos retroiluminados con alguna obra de arte o escultura, aromaterapia y sonido envolvente. Es fundamental una zona para guardar todas las toallas y elementos propios del baño como repuestos que no deben verse, almacenaje y otros. El mobiliario sería a medida, de roble fumé o nogal natural, con cajones de cierre amortiguado y tiradores ocultos. Todo con líneas limpias, materiales nobles, textiles delicados y una paleta cromática muy serena; piedra, lino, miel y un punto de negro para sofisticación. En definitiva, un baño donde se pueda respirar belleza y calma. Donde cada elemento, desde la luz hasta el aroma, contribuya a crear una experiencia memorable. Raquel Chamorro ©Enrique Pena
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