IMCB nº154

9 mercado de fregaderos sufrió un golpe inesperado en 2023, registrando su peor cifra en mucho tiempo. A pesar de haber resistido la crisis sanitaria sin grandes pérdidas, el último ejercicio vino marcado por un desplome significativo. Desde 2019, la facturación por ventas al exterior se había mantenido relativamente estable, rondando los 22 millones de euros en 2021 y 2022. Incluso durante la pandemia, el impacto fue moderado, con una leve reducción a 20 millones de euros. Sin embargo, en 2023 la tendencia se quebró por completo, ya que, por primera vez en años, las exportaciones cayeron por debajo de los 20 millones, situándose en solo 18 millones de euros. Un retroceso plantea interrogantes sobre los factores que han desencadenado la caída y los desafíos que enfrenta el sector para recuperar su dinamismo en el mercado internacional. Con todo, el sector ha mostrado una evolución marcada por altibajos en los últimos años: en 2019 la recaudación alcanzó los 42 millones de euros, pero la crisis de 2020 golpeó con fuerza, reduciendo los ingresos a solo 33 millones. Sin embargo, el mercado logró recuperarse con rapidez. Así, en 2021, no solo igualó las cifras previas a la pandemia, sino que las superó con creces, alcanzando los 45 millones de euros. Y la tendencia positiva continuó en 2022, cuando la recaudación ascendió a 48 millones, consolidando así la recuperación del sector. Versátiles y sofisticados Con una enorme variedad de acabados, colores, formas, materiales y estilos, los nuevos modelos de fregaderos aúnan estética y funcionalidad a partes iguales. La zona de aguas de la cocina es uno de los espacios más utilizados en el hogar, ya que desempeña un papel fundamental en diversas tareas diarias. Se usa aproximadamente 40 veces al día, ya sea para lavar alimentos, llenar ollas, limpiar utensilios, preparar bebidas o lavarse las manos, por poner algunos ejemplos. Además, es esencial en la limpieza posterior a las comidas, lo que explica su alta frecuencia de uso. De ahí que el fregadero acapare todas las miradas y se convierta en el centro de atención gracias a su diseño sofisticado, su configuración versátil y sus detalles cuidadosamente trabajados. Porque no es solo un elemento clave de la cocina, sino, como acabamos de señalar, un aliado esencial en tareas de higiene. Su evolución lo ha transformado en un componente altamente adaptable, capaz de ajustarse a cualquier estilo a través de su diseño, color y materiales con que está fabricado. Además, la incorporación de diversos accesorios ha llevado su funcionalidad a otro nivel, convirtiéndolo en una pieza indispensable para optimizar el espacio y la comodidad. A la vez que ha sabido adaptarse a estancias grandes, medianas o más modestas, gracias a sus formatos rectangulares, dobles senos, cuadrados, circulares y esquineros. De esta manera, cuando se trata de seleccionar el tipo de fregadero que más se ajuste al espacio de cocina, los gustos y el presupuesto del usuario, se abre un amplio abanico de posibilidades. Por ejemplo, existen distintas opciones que estructuran completamente la zona de aguas, ofreciendo una solución integral y eficiente que combina el grifo, el fregadero, el sistema de gestión de residuos y los accesorios. Este conjunto se concibe como una unidad armonizada, diseñada teniendo en cuenta la tipología, los colores y los acabados de la grifería y el fregadero, además de la inclusión de accesorios que optimizan tanto la funcionalidad como el hecho de agilizar los tiempos de ejecución de las tareas. Del mismo modo, para favorecer el orden dentro del mueble bajo el fregadero, algunos modelos permiten la incorporación de módulos para la correcta separación de los residuos. Así, desde fregaderos sencillos, de una sola cubeta, hasta modelos dobles que maximizan la funcionalidad, la variedad es amplia y se adapta a las diferentes necesidades de los hogares. Algunos cuentan con dos compartimentos idénticos, mientras que otros presentan un seno secundario de menor tamaño para optimizar el espacio. Además, hay opciones que incorporan un escurridor, facilitando la multitarea en la cocina. La elección del fregadero ideal dependerá de factores clave como el número de personas que vivan en el hogar, la frecuencia de uso, el tamaño de la encimera o la presencia o ausencia de un lavavajillas. Si la cantidad de vajilla a lavar es considerable, optar por un modelo de doble cubeta con escurridor puede ser la mejor alternativa, ya que permite un secado eficiente y un mayor confort en la rutina diaria. Eso sí, debemos tener en cuenta que la tendencia actual se decanta por fregaderos con cubetas espaciosas y profundas, acompañados de griferías que pueden mantener la misma tonalidad que el fregadero o jugar con los colores para aportar dinamismo al diseño. También es común optar por fregaderos que se integren visualmente con la encimera, generando un efecto de continuidad. Mientras que, para aquellos consumidores que busquen una mayor armonización en los detalles, existen modelos en los que tanto el rebosadero como el desagüe presentan el mismo acabado, permitiendo combinarlos con una grifería del mismo color para lograr un conjunto más estilizado. Las tendencias de los últimos años se centran en materiales más resistentes, diseños minimalistas, acabados sofisticados y soluciones tecnológicas totalmente integradas

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