IMCB nº156

53 This is not a Kitchen No era una cocina. La del Grupo Coeco era una invitación a sentir, a recorrer, a descubrir cómo el espacio se adapta a la persona, cómo la luz cambia la materia y el metal se transforma bajo la caricia del día, cómo la madera se siente y acoge, y cómo la piedra contempla el paso del tiempo. La experiencia no podía ser contenida en un fotograma, en un solo instante. Pretendía ser arquitectura esculpida en función y emoción. Un espacio que interviniese en cada historia. La autenticidad y nobleza de los materiales se celebraba, se sentía. La textura era memoria del tiempo, el reflejo un instante capturado y, la luz, la intérprete final de una obra en constante movimiento. Nocte Venetiis El espacio Veneta Cucine, Nocte Venetiis, completamente oscuro, jugaba con una atmósfera enigmática y minimalista que resaltaba la pureza de sus formas. La luz, tenue y sutil, se filtraba a través de líneas verticales y horizontales que definían cada elemento, desde los muebles hasta los detalles más pequeños, creando un contraste dramático con las sombras que se proyectaban a lo largo del espacio. Las líneas rectas y las formas estrictamente angulares de la cocina transmitían orden y precisión, creando un espacio equilibrado y minimalista. Nos hacía percibir un espacio en equilibrio, sutil a la vez que rotundo en sus formas, eliminando cualquier elemento innecesario. El diseño fusionaba funcionalidad y arte, convirtiendo la cocina en una declaración de estilo y modernidad, con un enfoque en la belleza de la simplicidad. Silencio y Paz Desde un punto de vista estético, Ángel Cazorla, para el espacio Mobalco, intentó recrear un ambiente equilibrado. En él, los diferentes objetos y materiales querían bailar al son de una música clásica y atemporal que entraba por los balcones y teñía el espacio de rosa y naranja. Desde un punto de vista funcional, se inspiró en las casas mediterráneas tradicionales, donde todo pasaba en la cocina. En esta sala, todo pivotaba alrededor de una gran isla que ofrecía diferentes posibilidades de vivir el espacio: podía ser una gran máquina de cocinar, abriendo todos los frentes en columna para facilitar su uso y comodidad, pero también podía ser un confortable comedor o una sofisticada sala de estar, o, por qué no, todo a la vez. Por último, intentó que ambos puntos de vista, el estético y el funcional, fluyeran a la par hasta descansar en los pequeños detalles.

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