IMCB nº156

9 • Sostenibilidad y materiales reciclados. La preocupación por el impacto ambiental marca la elección de materiales reciclados, como vidrio o residuos de mármol, así como el uso de maderas certificadas o reutilizadas. La sostenibilidad es un criterio indispensable para los consumidores que buscan reducir su huella ecológica sin renunciar a la estética y calidad. • Piedra natural reinventada. Aunque la piedra natural como el mármol, la cuarcita o el granito son materiales que nunca pasan de moda, su uso se adapta a nuevas tendencias estéticas. Hoy en día, se prefieren acabados mates y texturas sedosas en lugar de los brillos intensos. La búsqueda de superficies con vetas marcadas y visualmente impactantes sigue siendo común, pero estas se suelen equilibrar con una uniformidad que aportan modernidad. • Regreso de los azulejos. Los azulejos, tradicionalmente relegados a paredes y suelos, regresan a la encimera con un gran protagonismo. Cerámicos, zellige marroquí, gres esmaltado y mosaicos se usan para revestir encimeras e islas, aportando texturas y patrones que rompen la monotonía de las superficies lisas. Resistencia y estética Vinculada a estas tendencias, la elección del material es fundamental para determinar la durabilidad y estilo de una encimera de cocina. La piedra natural continúa siendo una opción clásica y fiable, mientras que el mármol es más lujoso y requiere de cuidados especiales para evitar manchas y rayaduras. En la actualidad, variedades como el Calacatta se reinterpretan con tonos tierra y acabados mates, lo que permite integrarlo en cocinas de estilo moderno sin perder su esencia sofisticada. Por otro lado, el granito destaca por su alta resistencia y durabilidad, además de ofrecer una mayor variedad cromática en comparación con el mármol. Esto lo convierte en una opción ideal para cocinas de uso intensivo, donde la funcionalidad es muy relevante. La cuarcita y la piedra caliza han llamado la atención de los consumidores por su aspecto natural y su acabado suave. En particular, la piedra caliza es apreciada por su tono discreto y su versatilidad, que es compatible con diferentes estilos decorativos. Igualmente, la madera maciza aporta un toque artesanal único a la cocina. Este material es especialmente popular en zonas auxiliares o islas, donde se combina con materiales más duros para equilibrar funcionalidad y diseño. No obstante, su mantenimiento requiere atención constante para evitar daños por la humedad o el desgaste. Del mismo modo, el acero inoxidable sigue vigente gracias a su durabilidad y aspecto moderno. Aporta luminosidad y una imagen industrial que se ha suavizado por la aparición de nuevas aleaciones y acabados con tonos cálidos, como el bronce o el cobre, con una estética más acogedora. Foco en la tecnología y la sostenibilidad En cuanto a los materiales técnicos, el porcelánico y las superficies ultracompactas se posicionan como soluciones tanto resistentes como estéticas. El porcelánico se destaca por su gran versatilidad, ya que está disponible en múltiples formatos, colores y acabados, lo que facilita su integración en diversos diseños de cocina. Por su parte, las superficies ultracompactas proporcionan una resistencia superior al calor, a las rayaduras y a las manchas. Por ello, son opciones idóneas para cocinas contemporáneas y de alta gama que requieren un fácil mantenimiento. Por último, los materiales reciclados como el vidrio o los residuos de mármol están ganando popularidad debido a la preocupación global por la sostenibilidad. Para aquellos con presupuestos más ajustados o que buscan soluciones prácticas, los laminados son opciones económicas. Aunque son menos duraderos que otros materiales, estos revestimientos proporcionan una amplia gama de colores y texturas, ideales para renovaciones rápidas o cocinas secundarias. Acabados en auge Recientemente, el acabado mate se ha consolidado como la opción predominante frente a los acabados brillantes que han triunfado en las últimas décadas. Las superficies con texturas rugosas o sutilmente irregulares también están siendo más demandadas, ya que tienen un atractivo visual que rompe con la monotonía de los acabados lisos y aporta un carácter más original. Respecto a la paleta de colores, predominan los tonos terrosos que se adaptan fácilmente a estilos variados, desde el rústico y mediterráneo hasta el minimalista. Estos colores crean ambientes acogedores, que invitan al confort. Por otro lado, el negro mate se ha posicionado como un color muy popular, perfecto para cocinas de corte minimalista o industrial, donde se busca un estilo sobrio. Para quienes buscan un toque de personalidad, los tonos vibrantes como el verde esmeralda o el azul profundo se emplean estratégicamente en islas o zonas focales, aportando dinamismo y contraste al espacio. En cocinas de corte minimalista, la tendencia apunta hacia encimeras en colores neutros, como grises, blancos y beige, acompañados de acabados mate con una textura suave al tacto

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