A.ZehnderIM_Maquetación 1 17/04/12 20:16 Página 1
Cada cocina es un diseño
específico, y el mérito está en
sintonizar con el cliente, con sus
gustos y necesidades
cocina nueva, es tomar esa cocina y eli-
minar sus defectos, sus partes inservibles,
para que finalmente se acerque a un ideal.
Escuchar al cliente
Estos nuevos conceptos de diseño en la
cocina nos plantean una nueva forma
de interacción con el cliente. Estamos
ante un diseño participativo. Aunque sea
nuestra especialidad, debemos dejar un
espacio al cliente para que nos explique
cuáles son los problemas de su cocina,
y que con ello también intervenga en el
nuevo diseño.
Son reformas que se realizan en un eleva-
do porcentaje en el espacio ya existente,
y donde los planos casi siempre sobran.
Esto es un elemento de gran valor, ya que
el cliente sí sabe de su cocina y ha de
usar poco la imaginación para visualizar
la solución. La ayuda con fotos de otras
cocinas, o de catálogos, sirven para fijar
conceptos y opciones, de manera que
el cliente asume estas decisiones como
suyas, fortaleciendo la idea de la reforma
y aumentando su deseo de realizarla. En
estos tiempos los clientes suelen darle
muchas vueltas a la toma de decisiones y
a la necesidad o no de invertir dinero en
cambios. El diseño participativo disminu-
ye radicalmente estos tiempos muertos.
Muchas personas reaccionan positiva-
mente a la idea de que su cocina puede
modernizarse sin obra y a un precio ra-
zonable. Los argumentos que podemos
emplear se encuentran en la propia rea-
lidad de las cocinas: grasa por doquier al
no tener resuelta la extracción de humos,
muebles y cajones incómodos y pesados,
armarios con soluciones poco ergonómi-
cas... Para muchas personas es importante
que la espalda no se le sobrecargue en
la cocina, y la modernización resuelve
muchos de los problemas.
Otro argumento a utilizar es
la problemática en cuanto a
la clasificación de basuras.
Más capacidad de almacena-
miento de alimentos, fuegos
mejores, hornos más rápidos
y económicos, mejor iluminación de la
cocina. Estos son solo algunos de los
que podemos tener en cuenta. De seguro
que el cliente observará otros no menos
importantes.
Esperanza en las exportaciones
2011 no fue un buen año para el mueble
de cocina español. La crisis lleva varios
años azotando el mercado. Lejos quedan
los 1.273 millones de euros conseguidos
en 2008. Desde ese año, las ventas han
caído año tras año. 2010 reporto 823 mi-
llones de euros y 2011 no superó los 752
millones de euros. Llegados a este punto
no vale de nada lamentarse, sino que se
deben buscar fórmulas para conseguir
aumentar la facturación. Si hay una cosa