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que sí podemos destacar positivamente
de la crisis, es la “limpieza” que se ha he-
cho en el mercado. La crisis ha expulsado
del mercado a los competidores menos
profesionales y ha permitido mejorar la
calidad del mueble de cocina español.
Si los consumidores españoles no pasan
por un buen momento y en consecuen-
cia la facturación del mercado cae en
picado, se puede encontrar un “balón
de oxígeno” en abrir nuevos horizontes
en el mercado exterior. Aunque la ex-
portación del mueble español es lenta,
se siguen dando pequeños pasos hacia
la apertura de nuevos mercados más allá
de nuestras fronteras. Con cifras que aún
están lejos de ser la “quimera” de la crisis,
al menos es un sector del que podemos
destacar que no cae, todo lo contrario,
crece. Desde 2009 las cifras no han para-
do de crecer, aunque sea poco. En 2009
se consiguieron facturar 88 millones de
euros. De los 92 millones de euros factu-
rados en exportaciones en 2010, se pasó
a 95 millones de euros doce meses más
tarde, cifras que muestran una pequeña
luz dentro de la oscuridad.
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