Italia es, desde hace mucho tiempo, una experta en la exportación de sus productos, y el caso del mueble de cocina es un ejemplo de ello. El mundo entero ha caído a los pies de un buen diseño italiano para una parte tan importante del hogar como es la cocina. ...
Italia es, desde hace mucho tiempo, una experta en la exportación de sus productos, y el caso del mueble de cocina es un ejemplo de ello. El mundo entero ha caído a los pies de un buen diseño italiano para una parte tan importante del hogar como es la cocina. Los fabricantes siguen esforzándose para llegar hasta el último rincón del planeta, y poder ofrecer su savoir-faire a todos los consumidores que sepan apreciarlo, estén donde estén. Es por eso que la cifra de exportación del mueble italiano de cocina continúa creciendo año tras año. En 2016 se alcanzaron los 754 millones de euros, es decir, se facturaron 38 millones más en el exterior, lo que supone un aumento del 5,4% con respecto al año anterior.
Un incremento del 26% en cinco años
Desde el 2011, año en el que se exportó mobiliario por valor de 591 millones de euros, la exportación no ha dejado de subir. En otras palabras, el incremento en cinco años ha sido de un 26%. Además, este incremento se ha repartido en mercados muy variopintos. Irán, Rusia, México, los Emiratos Árabes o la India, todos se han rendido a la belleza de las propuestas de las mayores firmas italianas. En estos países, y, en general, en el mundo entero, la gama media-alta y alta de los modelos italianos están cada día mejor valorados. Para muchos clientes, el diseño italiano es un lujo al que aspirar: una cocina Made in Italy es, cada vez más, algo de lo que presumir ante amigos y familia.
Rusia, gran importadora
Uno de los mercados más importantes para Italia es Rusia. Según el centro de estudios italiano CSC, será este país el que más mueble italiano -incluido el mueble de cocina- importará a medio plazo. La previsión del CSC es llegar a los 725 millones de euros exportados por las firmas italianas del sector del mueble en 2021. Asimismo, Rusia sirve como trampolín a las empresas italianas para abrirse camino en otros mercados de la zona. En 2016, el éxito de la feria del Saloni WorldWide, celebrada en Moscú, fue la prueba de que los fabricantes italianos ya han conquistado los corazones de los consumidores rusos, y parten desde Moscú a los países vecinos para seguir convenciendo a diseñadores y nuevos clientes con sus modelos más extraordinarios.