IMCB nº144

57 El cuarto de baño es mucho más que un lugar de paso dentro de la vivienda. Quizás, junto con la cocina, es la estancia más visitada por sus residentes. Aquí transcurren todas las tareas de higiene y de cuidado personal. Pero vamos a centrarnos en la zona que nos concierne: el lavabo. En suite, de cortesía, para uso compartido, infantil, adaptado a las personas con discapacidad... No puede faltar en ningún caso, ya sea de una tipología o de otra. De un tiempo a esta parte es posible verlo en un ambiente diferente al que estamos acostumbrados: el cuarto destinado a la lavandería en el hogar, dándole uso para quitar alguna mancha a las prendas antes de meterlas en la lavadora o para retirar los restos de detergente y suavizante de las manos. Este puede colocarse a la vista u ocultarse tras el mobiliario mediante unas puertas plegables, correderas o abatibles. Volviendo a la estancia anterior, depende de los centímetros con los que contemos y del uso que le vayamos a dar podremos instalar un lavabo de mayor amplitud o uno de dimensiones más reducidas. Por ejemplo, los sobre encimera y doble seno permitirán que dos personas puedan utilizarlo a la vez sin entorpecerse, optimizando y resolviendo mejor las tareas puesto que cada uno tiene su grifo y su espacio para depositar sus útiles de higiene. También puede ocurrir que nos decantemos por uno a todo largo, es decir, una única pieza con un lavabo solo y espacioso, pero dos griferías independientes o una sola, o se puede dar el caso que, en vez de estar suspendido, vaya encastrado en el mobiliario y que cada usuario siga manteniendo su autonomía dentro de la pileta. Incluso se podría ver como una unidad independiente en el interior del habitáculo, como si se reprodujera una copia exacta de la misma pieza, tal y como permiten los de pedestal, tótem o semi tótem o que cada uno tuviese su propio conjunto de lavabo-mueble; eso sí, dejando un espacio prudencial entre uno y otro para asegurar la libertad de movimientos del usuario. Cabe destacar que los de pedestal, tótem y semi tótem van separados de la pared, de modo que se deslocalizan y se instalan en un área diferente de la estancia. Si el baño es pequeño y no da para mucho más o se trata del de invitados, las soluciones más recomendadas son los lavabos murales o esquineros con ausencia de mobiliario o sobremueble, los que se sitúan encima de él, mientras que los ‘minis’ en forma rectangular y con mueble suspendido son una opción a valorar, igual que los que se asientan sobre una encimera y asemejan a un bol. Sin embargo, no es necesario desterrar los diseños más fashion a los espacios amplios, sino que en un baño limitado se ven igual de lucidos y el abanico de materiales no se cierra con la porcelana blanca en acabado blanLos lavabos sobre encimera y de doble seno permiten ser utilizados por dos personas a la vez sin entorpecerzse co o brillo, ya que se expande al acero inoxidable, la piedra, la cerámica, el mármol, la madera o el hierro fundido, entre otros. Los formatos tampoco se descuidan: redondeados, rectangulares, ovalados, de líneas gruesas o más minimalistas, con o sin orificio incorporado para la grifería y con o sin rebosadero añadido. Uno a uno Después de hacer una breve introducción por lo que nos depara el mercado de los lavabos, sería interesante conocer en profundidad las características que ofrecen las distintas gamas. En la categoría de encimera podemos diferenciar tres referencias: sobre encimera (van posados sobre ella), encastrados o bajo encimera (se integran en la superficie y la pieza nunca llega a sobresalir por encima de su base, por lo que no existen obstáculos que impidan tener a mano la jabonera, el portacepillos, etc.) y los de encimera (son una mezcla de los anteriores, donde el lavabo se coloca a medio camino, manteniendo enterrada su base y dejando salir a flote su parte superior). En cambio, los semiempotrados <<Icónico

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