instalación y montaje en cocinas y baños
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La creadora de este Laboratorio de Sueños,
Lydia Rivadulla
,
diseñadora de interiores
, lleva once años, desde que acabó sus
estudios, dedicada a recrear espacios acordes a los deseos de sus
clientes. ¿Su secreto? No seguir las modas, y menos si se trata de
una vivienda, que normalmente se reforma una vez en la vida;
y sobre todo, escuchar a sus clientes.
“En lo que me baso es, en
primer lugar, en analizar a la persona, conectar con ella, saber
como vive ella y su familia, como le gustaría vivir…y una vez
que lo tengo todo analizado, y veo el estilo que le gusta a esa
persona, lo que hago es unirlo todo para lograr que le apetezca
estar en su casa”.
En su opinión, la tendencia que predomina ahora es crear estan-
cias que vayan más allá de sus funciones específicas o tradiciona-
les, cocinas que no sean únicamente para cocinar, baños en los
que apetezca estar, maquillarse, arreglarse…
“Ya no se alicata
tanto, se utilizan mucho las telas, los papeles pintados, materiales
más suaves, más cálidos. Casas acogedoras, que te guste vivirlas,
ante todo, y que lo que inviertas sea para que te dure, que no te
aburras de ella al día siguiente”
señala Rivadulla.
Esta diseñadora tiene preferencia por los elementos naturales, que
no sean imitaciones. Si no cuenta con presupuesto para utilizar
madera maciza, se decanta por elementos reciclados; también le
encanta conservar los muebles que ya se encontraban en la casa.
“A veces la gente quiere tirar todo y yo les digo que no, que hay
cosas que valen, las vamos a reciclar, a pintar, a decapar…es
importante que la vivienda tenga personalidad, no vale de nada
tirar todos los muebles que tienen una vida y un sentido e irnos
a Ikea a comprar todo. Quedaría una casa fría, impersonal. A
mi me gusta mucho además contrastar, un mueble viejo con
un elemento nuevo, de este modo entras en tu casa y todo tiene
un sentido”.
Cálido y acogedor
Este reflejo e imitación de la naturaleza lo encuentra también
en los colores de referencia hoy en día, que en su opinión son
colores tierra, topos, cálidos…que no estén muy definidos pero
que a la vez nos hagan sentir a gusto, colores naturales que
combinen con las maderas
. “Los contrastes ya no se llevan, los
rojos, fucsias y colores vibrantes son difíciles de incorporar. Yo
siempre recomiendo a mis clientes que utilicen tonos suaves, que
la estructura en sí sea un tono neutro, y después juguemos con
los cojines, las colchas, las lámparas, las cortinas…que utilice-
mos esos tonos de tendencia que mañana se pueden cambiar
por otros”
explica la diseñadora
. “En cuanto a los acabados, creo
que el brillo quedó atrás por lo sufrido que es, porque es com-
plicado de limpiar, se raya fácilmente, se le notan los defectos
en seguida; ahora se buscan más los mates, y especialmente las
texturas, incluso en papeles, más que el estampado, porque te
da más calidez y volumen”.
Precisamente esta búsqueda de lo acogedor y lo cálido es lo que
ha provocado, en cierto modo, el retroceso del minimalismo, que
resulta demasiado frío. Por otro lado, opina que el blanco total y
las líneas puras requieren de un mayor cuidado, mantenimiento
y limpieza, lo que suele chocar con los deseos de la mayor parte
de las familias hoy en día. Según su experiencia,
“el manteni-
miento es muy importante. Cuando viene un cliente, una de las
primeras cosas que dice es que quiere algo que sea muy fácil
de limpiar. Ahora se lleva más lo de antes mezclado con lo de
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