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instalación y montaje en cocinas y baños
dad, y que a su vez las paredes funcio-
nen de lienzo neutro para que el cliente
las pueda ir adaptando a sus gustos y
necesidades. Intentamos que los propios
materiales, los originales de la vivienda
más los de nueva construcción, aporten
color y textura al ambiente general, así
como sensaciones de calidez o limpieza
dependiendo de las estancias”.
Una vez más, los diseñadores cuentan con
un espacio y una tipología de cliente que
le permite contar conmateriales originales,
interesantes y en buen estado, que pueden
recuperar para combinarlos con otros más
actuales. Es el caso del techo abovedado
típico en Cataluña con sus vigas de madera
restaurada, la pared de ladrillo visto o los
pavimentos de baldosa hidráulica origi-
nales, recuperados y pulidos para darles
nueva vida y vigencia estética.
Una cocina única
En este proyecto la cocina se plantea a
pocos pasos del comedor, sin que me-
dien puertas o cerramientos adicionales.
Así nos explica su planteamiento el di-
señador: “
al estar abierta conseguimos
que la relación con el comedor sea más
directa y atractiva, aprovechando toda
la luz de la fachada principal y adue-
ñándonos del espacio del pasillo, que
pasa a hacer la cocina más amplia. La
pequeña barra, que prevé uso por ambos
lados, difumina la frontera entre ambas
estancias. La cocina es cada vez más un
sitio de reunión para las familias, donde
no cocina únicamente la madre, ni los
que cocinan lo hacen solos, alberga hoy
en día actividades muy diversas: Aquí,
desde luego cocinamos, pero también
comemos, hacemos la colada, leemos el
periódico, miramos el iPad, trabajamos,
tomamos una copa con amigos, etc. El
que los clientes puedan hoy hacer todo
esto en un espacio diáfano, bien ilumi-
nado y con vistas es uno de los logros de
este proyecto”.
Daniel Pérez opina, en relación a los
prejuicios establecidos con las cocinas
abiertas, que poco a poco la gente es-
capa, o convive mejor, con los tópicos
relacionados con los problemas de olores
y limpieza a la hora de cocinar.
“De este
modo”,
señala,
“hacen del chef uno más
en las reuniones y comidas, y no se le
excluye como solía suceder antiguamente
con otro tipo de distribución en la que la
cocina está cerrada”.
Por lo que se refiere a los materiales y
colores más demandados, desde Egue y
Seta observan una creciente predilección
por el ladrillo visto, la baldosa hidráulica,
el azulejo tipo metro, el mármol de varios
tipos, la madera de recuperación o maci-
za, acentos en cobre y en hierro, y colores
dentro de la gama turquesa que poco a
poco tienden hacia los fluorescentes.
Interpretación personal
Partiendo de la base obvia de que en
toda cocina se ha de poder cocinar, se
trata de un espacio que ha de tener un
mobiliario muy concreto, y en cierta
medida, técnico, que hace que muchas
cocinas se asemejen entre sí. A pesar
de ello, desde el punto de vista de los
diseñadores, la personalización no deja
de ser un valor fundamental en la cocina.
“Pensamos que es importante proyectar
la cocina en función del cliente y sus
hábitos concretos. Tiene poco sentido
prever un refrigerador americano de
doble puerta para aquel siempre come
fuera. Asimismo, a un cliente que le guste
el vino, quizás le haría más feliz tener
una pequeña bodega que un lavavajillas.
Todo esto viene a decir que las cocinas
no tienen que parecerse entre sí, sino a
1,2,3,4,5,6,7 9,10,11,12,13,14,15,16,17,18,...88