Un maridaje entre Mallorca y Alemania

Son Salat es una casa prefabricada que da forma a la tranquilidad rural que una pareja buscaba en la isla balear.

16/12/2016

Una casa de campo que permitiera una casa de gran diseño contemporáneo, una dualidad que forma parte de los fundamentos de Son Salat. Esta bella construcción se asienta en suelo mallorquín, sobre una superficie de 17.000 m2 en un entorno absolutamente tranquilo, en algún lugar entre los pueblos interiores de Llubí ...

Una casa de campo que permitiera una casa de gran diseño contemporáneo, una dualidad que forma parte de los fundamentos de Son Salat. Esta bella construcción se asienta en suelo mallorquín, sobre una superficie de 17.000 m2 en un entorno absolutamente tranquilo,
en algún lugar entre los pueblos interiores de Llubí y Muro. Christina y Stephen Nickel unieron sus linajes y sus vidas sobre la isla balear, sin duda un lugar al que se escapaban de su Alemania natal cada vez que podían. Como muchos otros turistas, recurrir constantemente a alojamientos vacacionales hizo inevitable la pregunta: ¿por qué no comprar una segunda casa en Mallorca? Dicho y hecho. Sin tiempo que perder, el primer escollo vino de la oferta inmobiliaria. “No nos gustaban las casas que veíamos”, comenta
Stephen, por lo que construir una casa que diera forma a sus necesidades parecía una alternativa muy sabia. “Estuvimos buscando una parcela adecuada durante mucho tiempo –continúa–, y al final elegimos este romántico lugar en el interior de la isla”. Sin embargo, intentar convencer a arquitectos y constructoras fue un arduo trabajo, así como afrontar presupuestos “exorbitantes” que casi pusieron el solar de nuevo a la venta. Internet fue el aliado perfecto para mantener la esperanza de contar con un verdadero hogar mallorquín, que, por una fortuita casualidad, acabo hablando alemán. “Vimos un plano de una construcción prefabricada y lista para utilizar, y era justo lo que queríamos”, cuenta Stephen. Además, “en algunos casos resultó ser mucho más barato traer los elementos prefabricados de Alemania, incluso con gastos de transporte, que construir algo convencional en la isla”. En octubre de 2009 dos camiones con contenedores y grúas llegaron de Alemania a a la isla, y tan sólo unos días después ya se habían montado todas las paredes con ventanas y toda la estructura del techo.



Hogar y lujo
Para ir abriendo boca, los primeros borradores ya dibujaban esta villa de un solo nivel en forma de H, que responde a cuatro laterales paralelos, conectados De un blanco impoluto, las paredes se dan la mano con un parqué de madera oscura 80 instalación y montaje en cocinas y baños entre sí por un pasillo amplio y lleno de luz. A continuación, se añadieron unas ventanas verticalmente generosas, lo que asegura que la imagen de la gran piscina central y el patio que la rodea siempre forma parte del interior. El espacio habitable cuenta con 400 m2, y se divide en una entrada con un piano, una moderna cocina, cuatro dormitorios y tres cuartos de baño, además de un dormitorio principal con vestidor y baño en suite. Si Son Salat es un verdadero lujo para los sentidos es también por sus espacios
reservados a la relajación, como una sauna que da directamente al exterior, un jacuzzi, y espacios prácticos para trabajo y aficiones, como una sofisticada oficina y una bodega con ventanas panorámicas que conectan con la cocina.

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