Con la lección aprendida y resistiendo los embates y problemas que han ido surgiendo a lo largo de los últimos años, la apuesta por la calidad, el diseño y la identidad de marca son la bandera que están enarbolando los fabricantes de sanitarios. Tras un último año muy complicado (la ...
Con la lección aprendida y resistiendo los embates y problemas que han ido surgiendo a lo largo de los últimos años, la apuesta por la calidad, el diseño y la identidad de marca son la bandera que están enarbolando los fabricantes de sanitarios. Tras un último año muy complicado (la pandemia del Covid-19 hizo estragos en todos los ámbitos y mercados), el sector es conocedor de la situación y de la necesidad de aprovechar la demanda y las necesidades de los clientes para ofrecer al mercado un producto que refleje la identidad de la marca y los gustos de los consumidores.
De ahí que, además de esa indispensable conexión con el usuario final, tanto en el mercado nacional como en el exterior, conjugar ecología y tecnología, sin olvidarse de los aspectos más tradicionales, son las bazas principales con las que cuenta el sector de los sanitarios para volver a consolidarse en un mercado que ha sido algo esquivo en los últimos años. El último Observatorio de Mercado del Equipamiento de Baño y Cocina (OMEBC) reflejó que las marcas españolas fabricantes de sanitarios y equipamientos de baño y preveían un descenso cercano al 20% en su facturación. Un grave impacto en el sector motivado por la pandemia del Covid-19 y el confinamiento que se produjo durante los primeros meses, con la consiguiente tendencia a la baja en lo que a ventas y exportaciones se refiere. Y no solo en esos ámbitos. La pandemia también incidió en parámetros relacionados con la interrupción de la producción en las fábricas, sobre todo, por problemas en la disponibilidad del material, la necesidad de implementar cambios logísticos de manera rápida para poder hacer frente a la entrega de los productos o retrasos en los pagos a proveedores.
El sector español de sanitarios de baño reflejó un buen comportamiento a lo largo del pasado 2019. Tanto, que el crecimiento positivo alcanzó la nada desdeñable cifra de 217 millones de euros en lo que a producción se refiere, muy por encima de los 205 millones de euros alcanzados durante el pandémico año 2020. En cuanto a las exportaciones, los números del año pasado también se vieron afectados respecto a periodos anteriores: el mercado tan solo pudo exportar por un valor de 70 millones de euros, a la vez que las importaciones alcanzaban cifras de un ya lejano año 2017, con un total de 146 millones de euros facturados. Por lo que respecta al mercado interior aparente, este supuso una facturación de 281 millones de euros.
Unos números escasos, para lo que está acostumbrado el sector, y que, obviamente responden a la paralización en el primer trimestre de 2020, en todos los ámbitos, que supuso la crisis sanitaria del Covid-19, que mostró su impacto en el sector con una caída estimada del 12% en ventas nacionales, el 7% en las internacionales, una reducción de precios del 3,8% un descenso del empleo del 12,3%. Con el horizonte algo más claro y despejado, gracias a los avances producidos en esta crisis sanitaria, el momento de dar un paso adelante y recuperar el terreno perdido ha llegado. La prioridad es ahora seguir un cambio de tendencia que permita a los fabricantes adaptarse a los nuevos mercados y las nuevas formas de hacer las cosas que ha traído la pandemia. Por lo que adaptarse lo antes posible, mimetizarse con la "nueva normalidad" y ampliar el catálogo de productos para ofrecer al consumidor todo aquello que necesita, serán las claves para conseguir volver a estar en la senda del triunfo.
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