Llama la atención la falta de mantenimiento, o de actualización, de las viviendas que componían el edifico situado en el número 89 de la calle Goya. Recorrerlo en estos momentos es pasar por trazos de la historia de los que han sido sus inquilinos hasta hace poco a través de sus paredes con papeles pintados de los años 70, como pronto, o azulejos que hace tiempo que se pasaron de moda. O suelos de madera muy deteriorados, algunos cubiertos hasta por sintasol. Allí se celebrará la 57ª edición de Casa Decor. Allí podremos ver las tendencias próximas en cocinas y baños del 7 de abril al 22 de mayo.

El equipo de Casa Decor mostró este martes a la prensa lo que ya está en modo esqueleto. Esta semana se comienzan a adjudicar los 54 espacios que serán intervenidos por los profesionales y firmas más importantes de interiorismo. El edificio no está protegido, como sí ha sucedido en otras ocasiones. Por ende, como nos deja claro la organización, "este año, creatividad al poder". Los diseñadores podrán incluso tirar tabiques que haya en sus espacios. "Se busca que sea un lienzo en blanco, proyectos reales donde la gente se vea. El interiorismo te ayuda a vivir mejor", nos aseguran. El edificio, al estar dividido en casas en las que se han vivido hasta hace poco, hasta este mismo año, facilita esos proyectos que luego se pueden trasladar a viviendas que no son de gran tamaño. Sin duda, la protagonista de esta sede de Casa Decor es la luz. Se ha querido volver al barrio donde comenzó este gran laboratorio para marcas y profesionales, a 1992, a sus orígenes.

Construido en 1920, el edificio, de 4.600 metros cuadrados, conserva la distribución original de las viviendas de la burguesía que se edificaron en esta zona del barrio de Salamanca. La mayoría de estas viviendas fue destinada a alquiler, el floreciente negocio de inversión inmobiliaria de principios de siglo XX, al que se sumaron numerosas familias de la burguesía, muchas de ellas provenientes de otras provincias. La configuración del edificio solía destinar los locales de calle a comercios; el primer piso, a vivienda de los propietarios, y los siguientes para alquiler, con un curioso ordenamiento piramidal por clases sociales: por encima de los propietarios, se arrendaba a profesionales liberales como médicos, abogados, ingenieros, arquitectos, etcétera. A partir del tercero, se alquilaban a los comerciantes, funcionarios y rentistas de la burguesía intermedia. Las buhardillas se destinaban a vivienda de portero, personal de servicio y lavandería. En el interior, las zonas nobles se disponían a fachada, en tanto la cocina y el área de servicio daban a los patios interiores, con un largo pasillo en L que organizaba la distribución de las estancias. Ya en esa época, este tipo de viviendas se equipaba con cuartos de baño completos, agua corriente, electrificación y calefacción central.

Dada la configuración rectangular de la planta, el edificio de Goya 89 está distribuido en dos alas, con dos viviendas en cada una de ellas. Las de la derecha forman el chaflán con las calles Goya y Conde de Peñalver, mientras que las otras tres dan a la fachada de la calle Goya. En total, se habilitarán el bajo y seis plantas, que cuentan con un total de 85 ventanales de suelo a techo, lo que proporciona luz natural en todos los espacios a cualquier hora del día. El último piso tiene coquetas terrazas desde donde se pueden contemplar impresionantes vistas sobre la capital.

Para los profesionales, Casa Decor representa una oportunidad única de darse a conocer y mostrar su forma de trabajar sin cortapisas, en un contexto de máxima creatividad y experimentación. Para las empresas, ha sido una fórmula alternativa a los soportes publicitarios y promocionales tradicionales, y una manera diferencial de mostrar su producto a través del contacto directo y presencial. Su receta es la del marketing sensorial.