IMCB nº138

instalación y montaje en cocinas y baños 67 ne personal y mostrarlos cual expositor. Ganan peso los modulares suspendidos, que parecen estar levitando en el aire, aportando dinamismo y personalidad al ambiente. Como lo que se busca es contar con margen de sobra para guardar las toallas y los útiles necesarios para las rutinas de aseo, estos se completan con los auxiliares (columnas, armarios o coquetas). Pero, ¿qué tienen que ver los herrajes en todo esto? Muy sencillo: permiten que la apertura y el cierre de los cajones se haga de forma suave, silenciosa y amortiguada. Además, contribuyen a que se adhieran a la pared, en el caso de los suspendidos u hospedados en la pared, evitando que se descompensen con el peso o que caigan sobre el pavimento. Otra de las ventajas que ofrecen es la de la extracción total del cajón para poder llegar bien a lo que en él hay guardado. Por ejemplo, en los armarios y en algunos modelos de mobiliario que, además de las cajoneras, añaden una pequeña puerta, los herrajes aparecen en forma de bisagras, en la que una de las partes se mantiene fija, mientras que la otra es móvil para poder abrir y cerrar las mismas de forma adecuada. Los tiradores se incluyen dentro de esta categoría. Aunque cada vez es más habitual ver el mobiliario sin tiradores, en el mercado vemos como los de tipo pomo, concha o los alargados, con los que basta solo con tirar ligeramente de ellos para que se abra el cajón, siguen estando en auge. Todo depende del estilo que se quiera conseguir: rústico, vintage, moderno, minimalista... Un estilo que saldrá reforzado con la elección del color, donde el negro mate y el dorado son los protagonistas, sin olvidarnos tampoco del acabado cromo o lacado satinado a juego con el resto del conjunto. Amor a primera vista Si nos fijamos en la parte externa de esta pieza comprobaremos que se puede personalizar el conjunto de cabo a rabo, no solo en lo respecta a materiales, acabados o colores, sino que podemos ir más allá parándonos en aspectos como los tiradores. La función principal de estos artículos es la de regular el acceso al interior del mueble. Tenemos varias opciones. La más tradicional no deja lugar a dudas: el usuario tiene que hacer uso de un elemento visible para poder ver lo que hay dentro. Están los de pomo redondo o cuadrado, los de concha, que estos últimos se pueden elegir en acabado bronce envejecido o en acero para lograr un aspecto más vintage, los de asa o los alargados. Estos los podemos encontrar en negro mate, en cromado e, incluso, a juego con el mueble, al revestirse del mismo color (lacado satinado verde o rojo, por ejemplo), haciendo que sea difícil diferenciar entre el tirador y la parte delantera del mobiliario. Otra posibilidad es que presente la misma tonalidad que las patas, en caso de tenerlas. Hay quien prefiere optar por los que ocupan todo el ancho del cajón y dejan un saliente hacia afuera, con el fin de que se abran con total facilidad, o quien opta por los empotrados, que van incrustados en el frente, no sobresalen apenas fue- <<DTC La iluminación se cuela en el frente de la pieza como un accesorio más, sirviendo como complemento del propio tirador para aportar un aire moderno y futurista a la estancia

RkJQdWJsaXNoZXIy NTI5ODA=