instalación y montaje en cocinas y baños
89
Ubicada en una de las viejas colonias
residenciales, el emplazamiento de
Casa Lucke Orozco es casi la única
zona escarpada de la ciudad, mayo-
ritariamente un llano, lo que permite
recibir bien los vientos y logra una
buena vista desde el segundo nivel al
norponiente de la ciudad. Además, la
particular forma irregular del terreno
genera una esquina afilada y rodeada
de las frondas de los árboles ubicados
en la banqueta.
“El esquema de la casa está definido
en dos escuadras bastante evidentes en
perspectiva, donde una recibe el frente
y la otra abraza el jardín”
, explica el
arquitecto Jorge Luis Hernández Silva
sobre este proyecto que llevó a cabo
entre 2006 y 2008.
“La unión de ambas
escuadras genera un vacío que remata
en el corazón de la casa con un gran
arrayán interno”
, matiza.
Además, la casa se diseñó con espa-
cios altos, generosos y continuos, sin
obstáculos que perturben las vistas; la
estructura de la casa se forja en trabes
altas que confinan los espacios sin
apoyos y que permiten la continuidad
de la vista hasta el fondo del terreno.
Pura continuidad
Si la unión de imágenes, terrenos y
espacios es perfectamente visible des-
de fuera, el interior de la casa no lo
es menos, ya que los espacios fluyen
sin saber dónde empieza uno y dónde
acaba el otro. Así lo denotan piezas de
mobiliario flotante, paredes enteras de
cristal –como la que conecta la cocina
con el salón– o aberturas en los suelos
de la primera planta para conectar con
el piso inferior.
En cuanto a los materiales, el despa-
cho se decantó por una selección casi
uniforme para lograr así un concepto
formal
“potente”
. La madera se extien-
de desde el suelo, paredes y puertas,
mientras que la cerámica cubre el suelo
de toda la superficie interior. Por su
parte, los volúmenes que sobresalen
del espacio son
“poderosos y bien
definidos”
, comenta Hernández Silva:
“la chimenea de cemento aparente da
la fuerza al gran espacio del salón y
el gran muro colgante que separa la
zona de servicio, y se funde además
como un elemento que convive como
parte del espacio”
.
El alma de la casa son
los árboles y la vegeta-
ción que flotan no sólo
en los pasillos exterio-
res y terrazas, sino tam-
bién en el interior
