IMCB nº145

51 ge; los de asa o los alargados. Estos los podemos encontrar en negro mate, en cromado e incluso los que van a juego con el mueble al revestirse del mismo color que él (lacado satinado verde o rojo, por ejemplo), lo cual, visualmente hablando, hace que nos cueste diferenciar entre el tirador y la parte delantera del mobiliario. Y como para gustos, los colores, otra opción que nos permite este tipo de productos y elementos es disponer de un tirador que tenga la misma tonalidad que las patas del mueble, lo cual dotará al conjunto de una apariencia estética, original y elegante. En cambio, hay quien prefiere optar por los que ocupan todo el ancho del cajón y dejan un saliente hacia afuera, con el fin de que los muebles y aparadores se abran con total facilidad, así como los que optan por los empotrados, que van incrustados en el frente, no sobresalen apenas fuera de él y cuentan con el orificio justo para abrir. Como señalábamos antes haciendo referencia a los tiradores ocultos, no todos los consumidores buscan que el tirador quede visible, de ahí que los fabricantes ofrezcan soluciones que dejan la parte frontal libre. Para utilizar este tipo de tiradores basta con ejercer un suave toque sobre el cajón, gracias al sistema push, y su característica principal es que no se ve ningún elemento externo en el frente del mueble, ya que el tirador no sobresale del mueble, por lo que resulta más fácil de limpiar. Y, estéticamente, el conjunto del mueble queda mucho más vistoso y nítido. Respecto a los tiradores de tipo uñero, se caracterizan por incorporar en su borde superior una muesca para introducir los dedos, mientras que los de gola se presentan como un perfil de aluminio añadido en el propio mueble. Este modelo también logra no romper con la estética de todo el conjunto y, a su vez, favorece la ‘impieza visual’, estéticamente hablando. En el cuarto de baño es común ver, sobre todo cuando no existen restricciones de espacio, armarios colgados en la pared, cuyo sistema de apertura suele ser por medio de un tirador longitudinal, mediante el mecanismo push o de un saliente que permita introducir la mano. Dentro de estas puertas destaca una pieza esencial que facilita su acceso e impide que se descuelgue. Estamos hablando de la bisagra y la más utilizada, generalmente, es la de cazoleta. No se ve desde el exterior y se compone de dos partes, una se atornilla a uno de los laterales del mueble y la otra va directamente en la puerta, por lo que cuando la bisagra está cerrada, el resorte se guarda dentro de la cazoleta, pudiendo tener diferentes grados de apertura. Este mecanismo se puede encontrar también en el mobiliario principal del baño, aquel que va debajo del lavabo, cuando se trata de puertas batientes o se combinan con las cajoneras. En el caso de que se opte por una abatible se empleará un amortiguador de gas, ayudando a levantar la tapa en el momento de abrir o a que esta descienda en el momento de cerrar. Fiabilidad duradera Volviendo al tema de los herrajes, ya sea para los muebles, las puertas o los armarios, estos invisibles elementos resultan esenciales para proporcionar funcionalidad, estabilidad y seguridad al mobiliario. Y atendiendo a la función para que se los destine, podemos diferenciar entre dispositivos de cierre y apertura (es decir, manijas, tiradores, pomos, cubetas, brazos de empuje), dispositivos para trabar (pasadores, cerrojos o cerraduras), y elementos de movimiento, como las bisagras o los rieles de cajones. En el caso de los herrajes para puertas (bisagras, cerraduras, guías corredizas, etc.), son fundamentales para el correcto funcionamiento, ya que cada uno de los elementos cumple una función específica, adaptándose tanto a los distintos tamaños de las puertas como al estilo que se le quiera dotar. A su vez, los herrajes destinados a los armarios ayudan a optimizar y organizar el espacio de almacenamiento. Sobre todo, porque facilitan la comodidad y una mayor accesibilidad a la hora de usar los armarios. Entre los tipos de herrajes para armarios más utilizados cabe destacar los sistemas de correderas, los organizadores de interiores, los sistemas de elevación o los cierres para puertas. Todos ellos esenciales para un buen y correcto funcionamiento del mueble. Por último, los herrajes para muebles de baño, al igual que los modelos antes mencionados, también ayudan a garantizar la comodidad y funcionalidad del mobiliario de este espacio de la casa. En este caso concreto, los más usados y demandados son los sistemas de apertura y cierre para puertas y cajones, sistemas de extracción, bisagras y organizadores de interiores. Mientras que los herrajes para los muebles de cocina, con un papel protagonista y crucial en lo que respecta a la funcionalidad y durabilidad de los muebles, incluyen sistemas de apertura y cierre para puertas y cajones, accesorios para optimizar el espacio, barras para colgar utensilios, organizadores de interiores, y un sinfín de elementos más. A la hora de elegir qué tipo de herrajes vamos a usar para el mobiliario, debemos tener en cuenta una serie de factores determinantes. Así, por ejemplo, lo primero que tenemos que ver es el tamaño y la forma de dichos elementos, ya que los herrajes tienen que ser proporcionales al peso y tamaño del mueble para que puedan encajar perfectamente sobre su superficie. De ahí que si son demasiado grandes o muy pequeños pueden Los herrajes actuales combinan belleza y funcionalidad a partes iguales, lo que hace de ellos un elemento atractivo que mejora el entorno ornamental del espacio

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